El primer ministro de la República Checa, Andrej Babis, ha declarado el 19 de abril que «Rusia no atacó» al país europeo y que no estuvo relacionada con las explosiones en un depósito militar en la localidad de Vrbetice, ocurridas en 2014.

Así mismo, Babis reconoció que se trató de un acto de terrorismo estatal, confirmando las repetidas declaraciones en las que Moscú rechazaba su implicación en las explosiones. No obstante, el primer ministro afirmó que los agentes del Departamento Central de Inteligencia de Rusia (GRU) estaban involucrados en el ataque a una mercancía perteneciente a un empresario búlgaro en la misma región.

Babis destacó que su intención fue que los datos sobre lo ocurrido fueran desclasificados, pero por ahora esto no es posible, puesto que la investigación aún no ha terminado. Al mismo tiempo, el fiscal general de la República Checa, Pavel Zeman, comunicó que los sospechosos de estar involucrados en el caso Skripal, están relacionados con las explosiones en Vrbetice en 2014.

«Se puede decir que estas dos personas están relacionadas con el ataque en Vrbetice», dijo Zeman.

El 17 de abril, la Policía checa declaró en búsqueda a los rusos Alexandr Petrov y Ruslán Boshírov, en el marco de una investigación «de un crimen grave», acusados también por Londres de estar detrás del presunto envenenamiento del exagente Serguéi Skripal y su hija en Salisbury con una sustancia neuroparalizante, en 2018.

Zeman agregó que «el objetivo del ataque [en el almacén de Vrbetica] fueron armas destinadas a la exportación a Bulgaria» al subrayar que «la explosión no debería haber ocurrido en el territorio de la República Checa».

El primer ministro checo, Andrej Babis, denunció el 17 de abril la presunta implicación de la inteligencia rusa en las explosiones que causaron dos muertos en un depósito de municiones en Vrbetice, en la región de Zlin, en 2014.

A su vez, el titular interino de Exteriores, Jan Hamacek, anunció la expulsión de 18 empleados de la Embajada rusa en Praga señalados como presuntos agentes de los servicios secretos de Rusia.

Aunque la Policía no mencionó relación alguna entre las explosiones y la búsqueda de Petrov y Boshírov, el diario checo Lidove Noviny comunicó, citando a fuentes de los servicios secretos de la república, que los dos son presuntos agentes de la inteligencia rusa y visitaron el depósito antes de una de las explosiones.

Moscú por su parte rechazó las acusaciones por «absurdas» y las atribuyó al rumbo antirruso de Chequia que se observa en los últimos años y también a la «mano de Estados Unidos».

El 18 de abril, el Ministerio de Exteriores de Rusia declaró personas no gratas a 20 diplomáticos checos a los que les dio 24 horas para abandonar el país.

(Sputnik)