El pasado viernes la justicia chilena acusó del delito de parricidio y catalogó como un “peligro para la sociedad” a una mujer que ocasionó la muerte de su propio hijo a través de múltiples correazos, en una casa en la región de Coquimbo, al norte del país.

El crimen se dio a conocer el martes 20 de abril cuando la chilena, en medio de la desesperación, llamó a emergencias y pidió una ambulancia para trasladar a su hijo, de apenas 7 años de edad, a un Centro de Salud Familiar, reseñaron medios locales.

Según el reporte policial, el niño ingresó sin signos vitales al hospital y la progenitora admitió su culpa cuando en medio del llanto y en estado de shock expresó: “lo maté, lo maté, le pegué, se cayó de la cama, lo maté”.

El resultado del Servicio Médico Legal determinó que el menor de edad falleció por “edema pulmonar traumático por politraumatismos”, generado tras la fuerte golpiza.

El comisario Claudio Alarcón, jefe de la Brigada de Homicidios de la ciudad de La Serena, afirmó que “con el reconocimiento y análisis externo a la víctima, logramos determinar que presenta algunas lesiones que podrían ser atribuibles a terceras personas”.

El fiscal de Ovalle, Carlos Jiménez, solicitó prisión preventiva para la agresora mientras duren los 90 días de investigación.

(LaIguana.TV)