Detener el socialismo, uno de los puntos en la agenda del pasado Gobierno de Donald Trump (2017-2021), parece estar también en la lista del actual presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quien prácticamente no ha modificado su postura hacia Venezuela.
 
«Las pocas acciones que ha podido desarrollar el Gobierno de Biden en sus primeros 100 días respecto a Venezuela están signadas por la insistencia de aplicar la llamada ingeniería social en la política exterior con el fin de cambiar el régimen del país suramericano», dijo a Sputnik el profesor de la escuela de Estudios Internacionales de la Universidad Central de Venezuela, Ernesto Wong.
El experto indicó que para lograr su objetivo, tanto el Gobierno de Biden como el de Trump «han violado cuanto principio básico de derecho internacional hay en la Carta de Naciones Unidas, poniendo énfasis en la estrategia de contener el avance del socialismo».
Al igual que su antecesor, Biden insiste en no reconocer al presidente Nicolás Maduro como jefe de Estado y ha optado por mantener las sanciones y extender el decreto que declara a Venezuela una amenaza inusual y extraordinaria para Estados Unidos.
Por el momento, la única medida que ha tomado ha sido la de otorgar el Estatus de Protección Temporal (TPS, por su sigla en inglés) a los migrantes de la nación suramericana que están ilegales en su país.
 

Objetivos hegemónicos

Para Wong, el objetivo del presidente de Estados Unidos en sus primeros 100 días de Gobierno ha estado en reforzar el potencial y poder de los grupos empresariales que apoyan las políticas expansionistas de su país en Suramérica y el Caribe.
 
Si en los próximos dos años, Biden quiere continuar con su política de injerencia en Venezuela, «tenderá a elaborar estrategias intervencionistas de todo tipo y más intensas para alcanzar sus fines», advirtió el catedrático.
 
Sin embargo, Wong consideró que la «fuerza popular» lograda por el Gobierno de Venezuela pese a las sanciones económicas ha jugado como una carta en contra para los planes de Estados Unidos, no solo en esa nación, sino en toda la región.
 
En definitiva, la política exterior de Biden «no ha tenido variaciones sustanciales de la ejecutada por Trump en cuanto a buscar fines hegemónicos y procurar la contención de los gobiernos latinoamericanos enfocados en el socialismo, enmascarándolos y presentándolos como terroristas y dictaduras».
 

Estilo Jimmy Carter

Algunas de las variaciones que el experto percibe en la política internacional de Biden, al compararla con la de Trump, le resultan similares a las acciones de Jimmy Carter (1977 -1981).
 
«En el plano de la estrategia se aprecian ciertos cambios que recuerdan a la política de Jimmy Carter de tratar de rescatar la hegemonía perdida en la región del sur, basándose en la supuesta defensa de los derechos humanos en aquellos países que por una u otra razón no se ajustan a sus intereses geopolíticos y estratégicos», indicó.
 
La apelación a una supuesta defensa de los derechos humanos para sus acciones en América del Sur, afirmó Wong, le permiten «reforzar la legitimidad interna del Gobierno ante la avalancha de movimientos sociales estadounidenses contestatarios y de los grupos fascistoides del ala neoconservadora más radical y bélica».
 
Sin embargo, opinó que las contradicciones internas, sumadas a las tensiones del sistema político y financiero, han debilitado su acción y han impedido a Biden lograr consensos para ejecutar una política exterior pragmática hacia América Latina.
Para comprender un poco más el significado de estos primeros 100 días del Gobierno de Biden en relación a América Latina y Venezuela, señaló el especialista en asuntos internacionales, es necesario prestar atención a los cambios globales de la correlación de fuerzas políticas y militares.
 
«Algo que ha variado drásticamente a favor de sus dos más fuertes contendientes económicos y militares, China y Rusia, ha sido la creciente articulación en la Organización de Cooperación de Shanghái y el grupo BRICS (integrado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). Todo esto repercute significativamente en el aumento de la agudización de la inestabilidad política en Estados Unidos y esto le dificulta la posibilidad de cambiar el rumbo de la política hacia Latinoamérica y el Caribe«, expresó.
 
Por ello, consideró que en lo que resta de mandato de Biden será vital la organización de la población, así como las alianzas externas entre poderes emergentes euroasiáticos y los países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América.
 
(Sputnik)