El asesinato de Osama bin Laden es ampliamente considerado uno de los principales logros de la política exterior del expresidente de Estados Unidos Barack Obama. Joe Biden, vicepresidente en aquella época, no estaba del todo de acuerdo con la operación.
 
El 1 de mayo de 2011, Obama se dirigió a la nación con una importante noticia: Osama bin Laden, el líder de Al Qaeda —organización terrorista proscrita en Rusia y otros países—, estaba muerto. El terrorista había sido asesinado en Pakistán tras un operativo militar llevado a cabo por los SEAL, la fuerza de operaciones especiales de la Armada estadounidense.
 
Biden, ahora el presidente de Estados Unidos, estaba al lado de Obama cuando se aprobó la operación que finalmente exterminó al terrorista más buscado del mundo en aquel entonces. A exactos 10 años de la operación, diversos medios estadounidenses recuerdan que el actual líder del país era reacio al ataque.
 

«Biden se había opuesto a la decisión, argumentando en reuniones de alto nivel que deberían esperar información adicional de la inteligencia sobre el paradero de Bin Laden antes de dar luz verde al ataque», subrayó Fox News.

«Bueno, lo hicimos. El tipo se llamaba Osama bin Laden», afirmó Biden.
 
«¿No le dijo al presidente Obama que no fuera tras Bin Laden ese día?», Doocy cuestionó.
 
«No, no lo hice», sostuvo el presidente.
 
Según CNN, es imposible decir si el actual mandatario hubiera dado luz verde a la misión que eliminó a Bin Laden, pero «en los muchos, muchos relatos de esos días que se han publicado, Biden es retratado universalmente como un escéptico del ataque«.
 
De hecho, el propio Obama habló acerca de lo ocurrido en su libro de memorias Una tierra prometida, publicado en 2020, recuerda el medio.
 
«Joe intervino en contra del ataque, argumentando que dadas las enormes consecuencias de un fracaso, yo debería aplazar cualquier decisión hasta que la comunidad de inteligencia estuviera más segura de que Bin Laden estaba en el complejo», escribió el expresidente.
De hecho, el propio Biden reconoció anteriormente que no estaba seguro de que se debía llevar a cabo la operación que culminó con la muerte de Bin Laden. En un encuentro con la prensa en 2012, el entonces vicepresidente dijo que prácticamente todos los altos funcionarios involucrados en la toma de decisión no estaban del todo convencidos del ataque.
 
«El único tipo que dijo un ‘adelante, señor presidente’ a pleno pulmón fue [el entonces secretario de Defensa] Leon Panetta», afirmó en la ocasión.
Biden admitió que le gustaría que Obama «se tomara un día más para hacer una prueba más para ver si [Bin Laden] estaba allí», pero le dijo al presidente, en una conversación privada, que «siguiera sus instintos«, ya que ellos habían sido «casi infalibles».
 
Obama bin Laden fue el autor intelectual de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 a Estados Unidos que causaron la muerte de casi 3.000 personas y dejaron más de 6.000 heridos.
 
(Sputnik)