Haciendo cine-guerrilla, un pequeño equipo acaba de hacer realidad, en nueve días de rodaje, una película que reúne varios elementos cargados de buena energía: la música, la amistad y la ciudad de Maracaibo.

 

Se trata de “Cartas para El Pelón”, un documental sobre la vida del músico Héctor Valbuena, un caroreño adoptado desde muy niño por la capital zuliana.

 

Para hablar de ese filme y de la realidad del cine venezolano en las actuales circunstancias nacionales, LaIguana.TV entrevistó a la productora de la película, Rosalinda Ruiz Cedeño, quien reiteró su optimismo en el sentido de que los problemas que sufre el país abrirán caminos para todo el enorme caudal de talento audiovisual que existe en Venezuela.

 

A continuación, una versión del diálogo de Ruiz Cedeño con el periodista Clodovaldo Hernández:

 

-¿Cómo surge la idea de hacer una película sobre Héctor “el Pelón” Valbuena?

 

-Fue como una aventura. Un día, por iniciativa de Andrés Eloy Méndez, quien entonces era director de Conatel, comenzamos a armar un equipo para hacer un documental sobre el maestro Valbuena. En la pregira que hicimos a Maracaibo para ver de qué se trataba todo, nos dimos cuenta de que el señor Valbuena fue una persona maravillosa. Él nació en Carora, pero desde muy pequeño su papá se lo llevó a Maracaibo, y por eso es considerado un músico zuliano de corazón. Toda su carrera artística y su vida familiar las hizo allá. Así comenzó el trabajo de un equipo de seis personas. Fue un reto también en lo presupuestario porque, tal como están las cosas, nos tocó modificar muchas cosas del diseño de producción que habíamos planteado. Teníamos un presupuesto para un programa de media hora, pero logramos hacer una película documental de 75 minutos. En  nueve días conocimos toda la vida de Héctor Valbuena.

 

-Es una película muy maracaibera o maracucha, donde se muestra la potencialidad cultural del Zulia, la pasión por la música…

 

-Sí, bueno, eso se logró reflejar. El maestro, a quien llamaban “el Pelón” porque se arrancaba el cabello, dio clase en conservatorios, dirigió la Billo’s Caracas Boys. Uno de los entrevistados, el periodista Ángel Mendoza Zabala, dice que no hay en el Zulia una sola orquesta por la que él no haya pasado. Durante toda su carrera se dedicó a defender el género de la guaracha en sus clases. Los que fueron sus alumnos, Jorge “el Pelón” Quintero, Oscar Valencia, Harry Zabala, que además fueron sus amigos, dicen que entrar a una clase del profesor Valbuena era muy divertido.

 

-Es una película muy hermosa porque habla de dos de los elementos más maravillosos de la vida: la música y la amistad. Pero, ¿cómo surgió la idea de que los amigos le escribieran cartas a “el Pelón”?

 

-El director, José Alberto Cuesta Núñez, cuando nos reunimos para ver cómo íbamos a hacer la película, nos planteó que fuéramos más allá de las entrevistas. Creímos que el señor Valbuena merecía que la gente lo conociera más a fondo. ¿Y qué mejor que sus amigos le escribieran cartas? Ahora, eso fue lo más difícil del documental porque significó sentarlos a ellos, en la intimidad, a escribirle una carta a su amigo, que ya no está presente físicamente, y además, luego leerla…

 

-Debe ser algo impresionante ver a unos músicos tan alegres, además maracuchos y, por tanto, jodedores, quebrándose hasta las lágrimas…

 

-Lloraban ellos y llorábamos nosotros ¡fue horrible!… Nosotros no lo conocimos, pero es impresionante el amor que le tienen… Entrevistamos a “Los extraños de dos”, a “Los Masters”, estuvimos en el teatro Baralt, en el teatro Bellas Artes, con todos los Valbuena (Alberto, Ruber, Carolina, Karelis, a Nidia, su esposa). Coincidimos con un homenaje que se le rendía en el Conservatorio, a un año de su partida. Fue con la orquesta Merenguao. Se llamó Merenguao Sinfónico y fue una cosa muy emotiva.

 

-¿Cómo puede verse la película?

 

-Está en mi canal Youtube (Rosalinda Ruiz Cedeño) y en el de la productora Habemus Film. Fue transmitida por TLT (La Tele Tuya) y podría repetirse en estos días. Estamos esperando el apoyo de la Cinemateca para pasarla en las salas del CELARG.

 

-¿Han pensado llevar esta historia al cine de ficción?

 

-Sí, claro, también estamos en eso. Este año tenemos varios proyectos en la productora que esperamos se consoliden también a través del apoyo financiero. Todavía quedan entes de financiamiento como Conatel, el Centro Nacional de Cinematografía, La Villa del Cine, hay concursos. Tenemos muchas oportunidades.

 

El cine hoy

-¿Cómo se puede producir una película en un escenario de hiperinflación en el que los precios cambian hasta varias veces al día?

 

-Producir es un reto. Estamos retomando aquello que alguna vez aprendimos en la vieja escuela, que es el cine-guerrilla. Es lo que hay que hacer. A nosotros nos toco bajar a nueve días de rodaje un plan que estaba pautado para 21 días. El equipo de solo seis personas se acomodó como pudo en el hotel, para la comida. Es cuestión de reorganizar los diseños de producción. Tenemos la suerte de que ahora hay nuevos recursos. Se puede hacer comunicación con dispositivos móviles. Es cuestión de ingeniárselas y en tener un equipo comprometido.

 

-La crisis también afecta a una industria como el cine en el éxodo de personal técnico. ¿Les ha pasado?

 

-Todos los días se nos va alguien. Todas las semanas tenemos que despedir a un amigo técnico, a un fotógrafo, un director, un sonidista. Pasa en mi propio equipo, se nos ha ido casi todo buscando otras oportunidades. Pero, como me decía alguien en la Universidad Audiovisual de Venezuela, esto también es una oportunidad para el nuevo talento, para quienes se quedan acá, para el que viene atrás, pisándonos los talones. El medio audiovisual en Venezuela es inmenso, no te imaginas el potencial que hay. Además, nosotros, gracias a este proceso político, hemos logrado reivindicar la comunicación popular. Eso es muy importante. Aquí la gente es impresionantemente endógena, se hacen milagros con equipos de bajo presupuesto y con talento. Lo que sobra es talento y tenemos que aprovechar este momento.

 

-¿Cuál es la situación del cine documental venezolano: avanzamos, nos estancamos o retrocedemos?

 

-¡Cónchale!, yo creo que siempre estamos avanzando, miro hacia adelante, no me quedo ni miro para atrás. La gente suele quejarse mucho, pero estos cambios que estamos viviendo nos abren la perspectiva y nos dan la oportunidad de crear un nuevo cine. Diría que por eso el cine documental está renaciendo.

 

-La mujer siempre ha tenido un rol importante en la historia del cine venezolano. En lista de grandes cineastas hay varias mujeres, pero ¿cuál es la situación actual de ustedes dentro del cine?

 

-En Venezuela tenemos una posición muy diferente quizá al resto del mundo. Venezuela es mujer, como decía el presidente Chávez. En el cine pasa lo mismo que en esta sala (la Redacción de LaIguana.TV): las mujeres han ocupado todas las tareas. Antes, las mujeres en el cine eran productoras o asistentes de producción, pero ahora hay fotógrafas, sonidistas, directoras, editoras… No lo digo por feminismo, pero se siente la igualdad.

 

Ficha técnica de “Cartas para el Pelón”

 

Dirección: José Alberto Cuesta Núñez

 

Producción: Rosalinda Ruiz Cedeño 

 

Dirección de Fotografía y cámara: Carlos Luis A. Holmquist y Gabriel Lacruz

Dirección de Sonido: Miguel Ojeda

Jefe eléctrico: Darío Ruiz

 

Edición y montaje: José Alberto Cuesta Núñez

 

(LaIguana.TV)

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