El expresidente colombiano Ernesto Samper Pizani es de la opinión que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) podría ser un actor fundamental dentro del proceso de diálogo en Venezuela, pues tiene las condiciones y los recursos para fungir como mediador y garante de los acuerdos alcanzados, pues el ente ya demostró sus capacidades en los Diálogos de Paz entre el gobierno de Juan Manuel Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

«Yo creo que con la participación de países como Noruega o como Cuba, que fueron los garantes del Acuerdo de Paz de La Habana y el apoyo de Naciones Unidas como gran facilitador y mediador, se podría pensar que hay un diálogo efectivo en pocos meses», argumentó el también exsecretario general de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) en una entrevista para la cadena Unión Radio.

Al ser consultado por la periodista Esther Quiaro acerca de la posibilidad de que se concrete la iniciativa de diálogo entre el Gobierno venezolano y toda la oposición, Samper manifestó que, una vez sentadas las partes en una mesa de negociación, debían conjugarse tres aspectos, a saber: «primero, la necesidad de que haya una representación democrática en los acuerdos del diálogo a través de unas elecciones generales; la segunda, de que no haya bloqueo económico internacional de ninguna especie –porque eso sería sentar a los venezolanos con una escopeta en la cabeza– y el tercero sería que haya un acuerdo para una reforma constitucional o una reforma de la estructura administrativa del Estado que permita regresar al equilibrio de poderes, que es la condición básica de la gobernabilidad hacia adelante».

El exmandatario reconoció que si bien hay cosas que no dependen de los actores internos, como el cese del bloqueo económico, cree que salvo un pequeño grupo de países que ha apostado «por una salida de fuerza» –incluyendo el suyo, Colombia–, el resto de la comunidad internacional, incluyendo a los Estados Unidos, estaría interesada «en que Venezuela salga adelante a las buenas y no a las malas» y si es «a las buenas», eso implica necesariamente el diálogo.

Finalmente, manifestó su disposición a hacer parte de las negociaciones, siempre que «las dos partes» consideren que su participación puede ser «útil».

(LaIguana.TV)