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Este domingo se vivió un momento histórico con la bajada en la Plaza de San Pedro del Vaticano ubicado en Italia, de la Virgen Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, mejor conocida en nuestro país como La Chinita, por primera vez en la historia, la réplica del Retablo de la Virgen Morena llegó al Vaticano por iniciativa de un grupo de venezolanos que reside en ese país, sacerdotes venezolanos en Roma, la embajada de Venezuela, alumnos del Instituto Niños Cantores del Zulia y feligreses residentes en dicha ciudad.

 

Ante este hecho inédito, el padre Eduardo Ortigoza, vicario de educación de la Arquidiócesis de Maracaibo en su cuenta en Twitter @padreeortigoza, también alabó la bajada en Roma y apuntó: “El Papa Francisco envió su bendición a toda Venezuela. La Chinita en Plaza San Pedro”.

 

A las 11 de la mañana (hora Italia), el Papa Francisco dedicó unas palabras al país. En la plaza de San Pedro, los creyentes de la Virgen escoltaban la réplica entre flores y oraciones. Asimismo, se pudo escuchar el tradicional ritmo de la gaita característica de la región zuliana donde la fe hacia la Chinita es inmensa e infinita.

 

Comenzó el show

 

Ahora bien, en medio de esta celebración religiosa y donde la liturgia sagrada no debe ser manchada por un hecho externo, ¿por qué en las fotografías aparece una bandera de Venezuela con 7 estrellas (hecho nada casual), cuando  la bandera de nuestra patria lleva 8? ¿No constituye esto una tergiversación de la actividad, queriéndola convertir en un acto político y banal por un grupo de personas allí presentes? Ese tipo de actitudes nada tienen que ver con la bajada de la Virgen.

 

Pero además, en las fotografías también se pueden apreciar personas con gorras del tricolor nacional, pero que a todas luces son perfectamente identificables con la oposición y que además constituyen una afrenta a los símbolos patrios. Todo indica, que lo que allí quisieron fue armar un show, irrespetando un acto tan sagrado como el que se estaba dando desde el Vaticano. 

 

De todas formas, esos grupúsculos de opositores no pudieron cumplir su objetivo y la liturgia se cumplió con orden. Con estos hechos, sigue quedando demostrado que la derecha venezolana aprovecha cualquier oportunidad, sin importar los daños que cause, para intentar desprestigiar al país y armar un show mediático, afortunadamente no siempre lo logra. 

 

(LaIguana.TV)

 

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