“El expresidente Álvaro Uribe Vélez es un líder carismático, para decirlo en términos sociológicos. Es un líder en el país que durante varias décadas ha venido construyendo su capital político con respecto a un sector de la ciudadanía que, por una lado, es de derecha”, explicó el profesor de la Universidad Jorge Tadeo Lozano de Bogotá, Elkin Rubiano.

Durante una entrevista para la sección Cara a Cara del portal LaIguana.TV, conducida por el periodista Clodovaldo Hernández, el educador agregó que por otro lado está el sector de «los apartados».

“Son excluidos del sistema educativo, de formas de pensamientos y de vida las cuales son sofisticadas y están en los ámbitos, por ejemplo, urbanos o metropolitanos. También los discursos a la igualdad del derecho al matrimonio del mismo sexo, el derecho al aborto en determinadas circunstancias”, expresó el entrevistado.

Apuntó que todos estos discursos son claramente urbanos y están concentrados en una población que cuenta con un buen nivel educativo: “Son discursos sofisticados desde el punto de vista de los derechos, entonces hay un gran capital en número de personas excluidos de estos discursos que son fácilmente manipulables”.

El catedrático precisó que estos excluidos no ofrecen «normalmente una respuesta económica, sociológica a su exclusión, desde luego, lo que ha hecho Uribe y la derecha en el mundo es proveer un lenguaje para comprender la realidad y en esto el expresidente y su liderazgo y su carisma ha tenido la capacidad de proveer el lenguaje que ha tenido en Colombia que tiene que ver con castrochavismo, narcoguerrilleros,  violadores de niños y una gran cantidad de palabras”.

Destacó que al consultar las redes sociales rápidamente se cae en cuenta de que “automáticamente no aparece el argumento, el interés por reflexionar automáticamente se replica el arsenal discursivo que provee el líder carismático (Uribe)”.

Rubiano concluyó que se termina comprendiendo  la realidad de manera sectaria cuando se habla de estos antagonismo entre derechas e izquierdas, “ese sectarismo no permite dialogar, no permite la política en términos filosóficos,  no permite el disenso”. 

(LaIguana.TV)