Científicos han estimado lo que pasaría en la Tierra si la Luna estuviese a la mitad de la distancia que actualmente la separa de nuestro planeta. Y los pronósticos no son muy alentadores. 

La principal influencia que tiene la Luna en la Tierra es su efecto gravitatorio en los océanos, lo que produce dos mareas altas y dos mareas bajas cada día. 

Según Neil Comins, físico de la Universidad de Maine, si la Luna estuviese a la mitad de la distancia de la Tierra, las mareas serían 8 veces más altas. Esto, sin duda alguna, haría que algunas islas permanecieran completamente bajo el agua durante gran parte del día y las costas pobladas probablemente se volverían inhabitables. 

El científico además explicó a Live Science que la Luna no solo influye en los océanos, sino que también tiene un efecto de marea en la superficie del planeta. 

«Si la luna estuviera repentinamente dos veces más cerca de la Tierra, el efecto sería como golpear un gong con un mazo: las ondas de energía reverberarían a través del planeta debido al aumento repentino de la fuerza gravitacional de la Luna”, subrayó. 

La científica citó como ejemplo a Ío, una de las 79 lunas de Júpiter y uno de los cuerpos celestes con más actividad volcánica de todo el sistema solar debido al efecto que ejercen en él la gravedad del planeta y otras dos lunas. Según ella, la Tierra podría vivir un escenario similar si la Luna estuviese la mitad de cerca. 

Días y noches más largos 

Otro de los posibles efectos que tendría la cercanía de la Luna con respecto a la Tierra sería la ralentización del giro del planeta y el alargamiento de los días y las noches. Esto se debe a que a medida que la gravedad de la Luna tira de los océanos, la fricción resultante entre el fondo marino y el agua ralentiza el giro de la Tierra. 

En la actualidad la rotación de nuestro planeta se está desacelerando en aproximadamente una milésima de segundo por siglo, explicó Comins. Si la luna estuviera a la mitad de la distancia, la rotación de la Tierra se ralentizaría aún más, alargando nuestros días y noches. 

El especialista además vaticinó que si los seres humanos lográramos sobrevivir a este escenario apocalíptico, tendríamos como premio de consuelo la posibilidad de ver eclipses solares con más frecuencia. 

¿Y qué pasaría si en lugar de un movimiento repentino la Luna se acercara lentamente a la Tierra? Los científicos también tienen una respuesta para esa pregunta. 

Según ellos, si la luna girara lentamente en espiral hacia la Tierra la corteza y las mareas del planeta cambiarían gradualmente. Con un poco de suerte, esto permitiría que la vida se adapte. 

«Los días y noches más largos podrían cambiar nuestro clima e impulsar cambios evolutivos de múltiples maneras», dijo Scarlett. 

Un posible acercamiento repentino de la Luna es, por ahora, un escenario poco probable. Sin embargo, existe la probabilidad de que un evento de esta magnitud deje de ser un tópico de las películas de ciencia ficción y se convierta en realidad. 

Para ello, un objeto lo suficientemente masivo tendría que pasar cerca del sistema Tierra-Luna. Y si la Luna estuviera en el lugar correcto de su órbita, este objeto podría tomar energía del satélite y eso haría que se acercara en espiral hacia la Tierra. 

(Sputnik)