El 26 de mayo del año 2000 la vida del maestro de música Manuel Germán Ramírez Valdovinos dio un giro inesperado. Se encontraba celebrando con su familia —dentro de su hogar— el primer mes de nacido de su único hijo, cuando unos agentes policiales entraron a su casa, lo sacaron, metieron en un vehículo sin placas y lo llevaron con rumbo desconocido.

Ramírez, quien vivía en Tepexpan, una localidad situada en el estado de México, fue golpeado y torturado por agentes policiales y fiscales del Ministerio Público.

Luego se le abrió un juicio, plagado de vicios, y fue condenado por el supuesto homicidio de Manuel Martínez Elizalde, a quien Ramírez conocía.

Por este hecho, el juez impuso una sentencia de 40 años, 7 meses y 15 días.

Hoy se sabe que Martínez Elizalde vive en Estados Unidos. Y que su supuesto homicidio fue una artimaña armada por su padre para cobrar un seguro de vida de un millón de dólares por la «muerte» de su hijo, con la complicidad de policías, jueces y fiscales.

Esta semana, Manuel Ramírez salió de la cárcel, luego de pasar 21 años en prisión, acusado de un crimen que nunca existió.

Tras su regreso a la libertad, asegura que se dedicará a ayudar a presos inocentes y a exigir mejoras dentro del sistema judicial.

“Hace 21 años me desgraciaron la vida y hoy me sumo al equipo de ‘El Mijis’ como luchador social porque son muchos los que luchan contra las consecuencias de la tortura, que fueron separados de su familia con una detención arbitraria […] si quisiera reparación del daño pero voy a ayudar a quienes no tienen asesores y son inocentes fabricantes culpables”, dijo en una actividad realizada el el Zócalo de la Ciudad de México.

(LaIguana.TV)

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