Las tensiones entre Estados Unidos (EEUU) con Irán y Corea del Norte han llevado a líderes mundial a recordar la importancia de luchar por la paz y evitar la repetición de episodios trágicos como el ataque nuclear contra Japón para forzarlo a rendirse durante la II Guerra Mundial.

Los casi 500 mil muertos por la explosión de bombas nucleares sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, en agosto de 1945, son el recordatorio más patente de por qué no deben repetirse este tipo de ataques atómicos.

En 2018, el alcalde de Hiroshima, Kazumi Matsui, subrayó que «cuando la humanidad deja de ver la realidad y se olvida de la historia puede repetir un terrible error».

Más de 450 mil personas murieron por ataque nuclear

En el acto para conmemorar el 73 aniversario del lanzamiento de la bomba atómica en Hiroshima por parte de Estados Unidos (EEUU), en 2018, el entonces primer ministro japonés, Shinzo Abe, recalcó: «No se debe repetir lo que pasó en Hiroshima y Nagasaki».

El 6 de agosto de 1945, a las 08:15 hora local, un bombardeo B-29 estadounidense arrojó sobre Hiroshima la bomba de uranio “Little Boy”. Tres días después se repitió el lanzamiento de un artefacto nuclear sobre la ciudad de Nagasaki.

Se estima que más de 450 mil personas murieron de inmediato por ambos ataques y como consecuencia de enfermedades generadas por la radiación nuclear.

Pandemia afecta ceremonia de recuerdo

La pandemia del coronavirus ha afectado las más recientes ceremonias de conmemoración del aniversario del lanzamiento de la primera bomba sobre Hiroshima.

Testimonios de supervivientes

Los testimonios de japoneses supervivientes del lanzamiento de las bombas nucleares también son un recordatorio de que esos eventos no deben repetirse nunca más.

RIA Novosti recopiló testimonios de víctimas supervivientes del primer ataque con bomba nuclear de la historia: “Olía a carne quemada en toda la ciudad”; “en la fábrica encontramos el cuerpo de nuestro padre. Parecía como si su rostro muerto se estuviera riendo”.

Yoshiro Yamawaki rememora: “Vimos sobre el puente hileras de hombres muertos que estaban parados de pie a ambos lados de una barandilla. Murieron de pie. Seguían estando de pie con la cabeza inclinada, como en oración. Cuerpos muertos flotaban por el río».

Reiko Yamada, quien en 1945 tenía 11 años, dijo a RIA Novosti: «Para limpiar el camino, montones de cadáveres fueron rastrillados como basura y quemados en el patio de nuestra escuela. También quemaron cadáveres en los patios de otras escuelas y en descampados. Olía a carne quemada por toda la ciudad».

(teleSUR)