Al menos una persona murió y otras 17 resultaron heridas por la explosión de un autobús de pasajeros en la ciudad rusa de Vorónezh. Un testigo contó cómo rescató a una niña que quedó atrapada entre los asientos y trató de ayudar a una joven que se quedó sin piernas.

Ígor Pajachev fue testigo de la explosión. Trató de ayudar a una joven a la que le volaron los pies, pero sus heridas eran demasiado graves y murió camino al hospital.

«El autobús llegó, luego explotó. La gente comenzó a dispersarse presa del pánico hacia diferentes direcciones. Luego, cuando me di cuenta de lo que había sucedido, dejé a mi esposa e hijos en esa parada, y me apresuré a subir al autobús», compartió Pajachev a los periodistas.

«Vimos a la joven, lo único que le dio tiempo de decir fue su nombre. Se llamaba Olga. Sus piernas estaban arrancadas, sus pies estaban arrancados. Quisimos levantarla, pero no pudimos, porque su pierna izquierda estaba completamente desgarrada a la altura del muslo. Su otro pie también estaba dañado».

De acuerdo con Ígor, había una niña de 11 años atrapada entre los asientos. Con ayuda de otro testigo, que acudió al rescate, lograron sacarla del lugar.

«El joven que me ayudó, si me ves, si me escuchas, ¡muchas gracias! Me ayudó a deshacerme de esos asientos, simplemente los rompimos y sacamos a la niña. Evidentemente, tenía las costillas rotas, no podía pararse», agregó.

El Comité de Investigación de Rusia ya inició una investigación al respecto y una unidad de criminólogos ha sido enviada desde Moscú a Vorónezh. Las autoridades de la ciudad han anunciado que todas las víctimas del incidente recibirán toda la ayuda necesaria y una compensación monetaria.

(Sputnik)