Padres inmigrantes que fueron separados a la fuerza de sus hijos bajo la política de “cero tolerancia” del Gobierno de Donald Trump hablaron este viernes con el secretario del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), Alejandro Mayorkas, para pedir que les ayude a reparar el daño sufrido y que no se vuelva a aplicar una medida como esa.

La reunión virtual fue la primera entre padres y madres inmigrantes que fueron reunificados con sus hijos en Estados Unidos tras ser afectados por la política que en 2018 perjudicó a miles de familias, y miembros de la Administración del presidente Joe Biden.

El mandatario demócrata y la vicepresidenta Kamala Harris desde la campaña habían prometido concentrar esfuerzos en reunir nuevamente a las familias.

“Le conté (a Mayorkas) lo duro que fueron esos tres años de mi vida sin estar al lado de mis hijas, y del miedo que aún vivo temiendo que nos vuelvan a separar”, contó entre lágrimas a Efe Ángela, una inmigrante guatemalteca que fue separada de sus dos hijas cuando llegaron en 2018 a la frontera sur del país buscando protección.

La inmigrante le dijo a Mayorkas que tras el asesinato de su hijo y su nieta no tuvo más opción que huir de Guatemala. También le relató la lista de sufrimientos que vivió tras ser separada de su hija menor, y su hija mayor que viajaba con sus dos niños, bajo la aplicación de la política del Gobierno republicano.

Entre los obstáculos que esta mujer tuvo que sortear para reunirse con sus hijas y nietos figura una primera deportación tras dos meses en varios centros de detención, un segundo viaje que emprendió desde Guatemala para buscar a su familia en EE.UU., y un segundo arresto por parte de las autoridades de inmigración.

Cuando la inmigrante creía que iba a poder reunirse con sus hijas en EE.UU porque, según dijo, el juez de inmigración estaba convencido de que Ángela tenía un caso creíble de asilo, la mala representación hizo que ordenaran una segunda expulsión.

Recordó que la deportaron por segunda vez a pocos días de que le hubieran hecho una cirugía de urgencia, y que las cadenas que llevaba en la cintura hacían doler aún las heridas. Pero ese dolor, aseguró, no se compara con los años que estuvo separada de sus hijas y nietos, hasta que la organización Al Otro Lado la ayudó a reencontrarse con su familia en Estados Unidos.
 

Ángela cree que Mayorkas se conmovió con su historia, y espera que el Gobierno de Biden mantenga su compromiso de ayudarla a ella y a los otros padres víctimas de la política del anterior Gobierno republicano.

En un comunicado, el DHS explicó que en la reunión entre los migrantes, Mayorkas y la directora del Grupo de Trabajo de Reunificación Familiar, Michelle Brané, se habló de los esfuerzos por localizar y reunificar a las familias separadas.

También expresaron “el compromiso” de la Administración Biden de “identificar una opción de estatus a largo plazo para las familias y sus esfuerzos en marcha para garantizar que las separaciones familiares nunca vuelvan a ocurrir”.

Precisamente ese fue el llamado de Wilson, un inmigrante hondureño que abogó por lograr una “seguridad” migratoria para él y su hijo adolescente del que fue separado dos veces en 2018.

Wilson contó a Efe que el trauma de la separación aún permanece en su hijo, y que él tampoco ha podido superarlo porque aún tiene el temor de una deportación.

El Servicio de Inmigración y Ciudadanía (USCIS) le ha negado la renovación de su permiso de trabajo, y su solicitud de asilo se encuentra en el limbo.

“Mi hijo me dice que lo sobreprotejo pero ayer, precisamente, le dije que tengo miedo de no volverlo a ver, que nos vuelvan a separar”, confesó el hondureño.

Además de pedir una ayuda con su estatus migratorio, Wilson también solicitó apoyo para la reconstrucción de su familia, y una compensación para apoyar los servicios de salud mental en curso para ellos y sus hijos.

Wilson y otros 12 padres fueron separados por la fuerza de sus hijos por exigir buen trato en un centro de detenciones para familias donde se encontraban en Texas.

“Fue muy duro ser separado por segunda vez de mi hijo. Pensé que esa vez ya no lo volvía a ver”, aseguró el inmigrante, que ahora reside en Florida y hace parte de una demanda contra los administradores del centro de detención respaldada por la organización RAÍCES.

La coalición Families Belong Together, que incluye a cerca de 250 organizaciones proinmigrantes, respaldó el esfuerzo de este viernes para que Mayorkas escuchara los testimonios, donde participaron otros cuatro afectados.

A comienzos de junio pasado el Gobierno de Biden destacó que tenía una larga tarea por delante, pues según los últimos datos se han identificado 3.913 niños que fueron separados de sus padres en la frontera con México como resultado de la política de Trump.

Casi 400 menores de edad han sido enviados de retorno a sus países de origen, 1.779 ya se reunieron con sus familiares y más de 1.700 casos están bajo revisión a esa fecha.

(EFE)