Un avión con matrícula argentina cayó este domingo 22 de agosto en las Sierras de las Ánimas, en el departamento de Maldonado, Uruguay. La noticia fue comunicada por la Fuerza Aérea de ese país que confirmó la muerte de los dos tripulantes de la aeronave: Kevin Alonso Raggio, de 27 años, y Franco Pamboukdjian Acevedo, de 22.

Alonso Raggio, instructor de vuelo que trabajaba en el Aeródromo de Morón, habría sido quien piloteaba la nave, mientras que Pamboukdjian Acevedo, habría oficiado de copiloto. El joven de 22 años se había preparado como piloto de avión privado y realizó el curso para piloto comercial con habilitación de vuelo por instrumentos.

La Sociedad Argentina de Aviación emitió un mensaje en recuerdo de las víctimas del accidente en Maldonado. “Lamentamos la noticia del accidente del LV-CVT en territorio uruguayo, y el fallecimiento de sus pilotos. QEPD Kevin y Franco”, publicó esa entidad en su cuenta de Twitter.

En la misma red social, la Fuerza Aérea precisó que «la aeronave había despegado del aeropuerto de San Fernando y se dirigía al aeropuerto de Laguna del Sauce». «El vuelo, que estuvo bajo control del radar, desapareció del mismo a las 12:43 hora local iniciándose un operativo de búsqueda y rescate por parte de un Aviocar y un helicóptero de la Fuerza Aérea», agregó el comunicado.

La aeronave fue hallada cerca de las 17 en la Sierra de las Ánimas y «al descender el helicóptero en el lugar constató el fallecimiento de los dos tripulantes».

Hasta el trágico hallazgo, la aeronave proveniente de San Fernando estaba en “fase de incertidumbre”, según informó el vocero de la Fuerza Aérea, Coronel Marcelo Lorenze, al diario El País. El último contacto lo había tenido con la torre de control de Montevideo, en el cual le avisaba que tenían problemas para aterrizar.

Además contó que el Escuadrón Aéreo N° 5 (Helicópteros) de la Fuerza Aérea había comenzado una misión de búsqueda y rescate en la zona del departamento de Maldonado.

Pese a que las causas que provocaron la caída son materia de investigación, las primeras informaciones precisaron que antes del incidente, el piloto solicitó bajar a 1000 pies, presumiblemente por la niebla, pero desapareció del radar y no aterrizó en su destino previsto.

Según precisaron expertos en aeronavegación, en el trayecto que separa a Buenos Aires de Punta del Este existe un “corredor visual”, una ruta aérea en la cual hay que respetar una determinada altura. Por el mal clima, el piloto habría bajado a mil pies de altitud para tener visibilidad, cuando se necesitan entre 2.500 y 3.000 pies para evitar las cimas de los cerros.

(Página12)