El amor eterno sí existe y este increíble hallazgo arqueológico lo demuestra. Una pareja china fue enterrada abrazada hace unos 1.500 años, pero lo que más sorprendió a los científicos fue el hecho de que los amantes fallecieron en momentos distintos.

En junio de 2020, un equipo de arqueólogos chinos descubrió en la provincia de Shanxi alrededor de 600 tumbas que datan de la época de la dinastía Wei del Norte (386-534 d.C.). Un entierro en particular atrajo su atención. Se trata de dos esqueletos colocados en una postura muy peculiar: se daban un amoroso abrazo. Uno de ellos también tenía un anillo en el dedo anular de su mano izquierda.

«Estos dos detalles mostraban el deseo de amor eterno de la pareja y también el respeto por parte de quienes los enterraron», explican los autores del estudio.

Al examinar los restos óseos, los investigadores llegaron a la conclusión de que el hombre, que tenía entre 29 y 35 años en el momento de su muerte, tenía «una fractura infectada sin cicatrizar» en su brazo. También le faltaba un dedo.

En cuanto a la mujer, estaba sana cuando falleció, por lo que existe la posibilidad de que «se hubiera sacrificado para poder ser enterrada junto a su esposo muerto» —aunque no es más que una hipótesis— o simplemente murió más tarde y fue enterrada en la misma tumba que su pareja.

Si bien los arqueólogos hallaron otras dos parejas enterradas juntas en el mismo sitio, estas no se abrazaban ni llevaban anillos, por lo que se trata de un caso poco común. Uno de los autores del estudio, el antropólogo Qun Zhang, explica que aquella época se caracterizó por el auge del budismo en la región, algo que hizo que «los conceptos del más allá se hicieran más abundantes».

«Este entierro conjunto podría ser evidencia de una muestra completa de amor y de la importancia de los anillos en el amor. El mensaje era claro: los esposos yacen juntos, abrazándose por el amor eterno en el más allá», concluyen los arqueólogos.