Los talibanes instan al mundo a darles una oportunidad de 20 meses, para probar que sí pueden gobernar con éxito, sin dependerse a ayudas foráneas.

Con estas palabras Anamulá Samangani, miembro del comité cultural de los talibanes, hizo eco de las declaraciones del ministro de Economía del gobierno Talibán, Din Mohamad Hanif, basadas en que “Talibán no es como el anterior gobierno afgano que requería ayuda y cooperación de otros países”.

Samangani aseguró, además, que “el mundo ayudó y apoyó al pasado régimen durante 20 años, pero aun así fracasó”, al tiempo que pidió una oportunidad de 20 meses para que Talibán pueda demostrar si tiene éxito o no.

El 7 de septiembre, el grupo armado informó de la formación de su gabinete, que incluía a sus más relevantes figuras, dirigido por Mulá Mohamad Hasan Ajund como el primer ministro.

El anuncio del nuevo gabinete de Talibán, compuesto por miembros del grupo, provocó ola de críticas tanto dentro de Afganistán como en el escenario internacional, el mundo creía que los talibanes no respetaban su promesa de formar un gobierno “inclusivo” con toda composición étnica del país.

Desde el punto de vista de los observadores internacionales, el monopolio impuesto a la designación de los miembros del nuevo gobierno en Afganistán ha disminuido las perspectivas de paz y estabilidad en este país.

Talibán, en el poder desde 1996 hasta 2001, volvió a hacerse con el control de casi todo el país, después de que tomara el 15 de agosto Kabul, la capital afgana, sin ninguna resistencia por parte de las fuerzas gubernamentales entrenadas por Estados Unidos y luego de que el expresidente Ashraf Qani, un aliado de Washington, huyera del suelo afgano.

El colapso de Afganistán ocurrió poco después de que comenzara la fase final de la retirada de las fuerzas de EE.UU., a la cabeza de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que invadió el país centroasiático en 2001, so pretexto de luchar contra el terrorismo, deponer a Talibán y dar respaldo técnico al Ejército afgano.  

El 30 de agosto y, con el despegue de un avión C-17 que trasladó al último grupo de las tropas estadounidenses en Afganistán, terminó la guerra más larga de la historia de EE.UU. en el mismo punto que había comenzado en 2001: con el Talibán en el poder en Kabul.

(HispanTV)