Reino Unido abandonó la Unión Europea y su salida, conocida como Brexit, ha sido cuando menos traumático, pues el país, dirigido por el conservador Boris Johnson, está enfrentando duras crisis, cuyo detonante fue una falta de conductores de transporte pesado, pero que acusa una situación más estructural relacionada con la separación.

Tal fue el tema analizado por el filósofo, comunicador y analista político Miguel Ángel Pérez Pirela en la edición 371 de su programa Desde Donde Sea, transmitido de martes a jueves a las 7:00 pm a través de las plataformas virtuales de LaIguana.TV.

Para iniciar la edición, compartió imágenes de las trifulcas que se han presentado en las estaciones de servicios debido a la falta de combustible que aqueja al país hace semanas.

A modo de contexto, mencionó que el 31 de diciembre de 2020, el Reino Unido salió definitivamente de la Unión Europea (UE), tras un polémico referéndum en noviembre de 2016 en el que los ciudadanos británicos aprobaron romper lazos con el bloque europeo.

Pérez Pirela explicó que el proceso conocido como Brexit, en realidad fue la concreción de varias décadas de tensiones  entre Londres y Bruselas, y suponía de entrada un desafío para la nación insular, cuyos ciudadanos ahora padecen los efectos de la decisión de forma patente en su vida cotidiana.

«Nadie les explicó a los ingleses lo que iban a enfrentar, una vez salieran de la UE», agregó.

Cada vez más, pero sobre todo desde mediados de septiembre, los británicos deben lidiar con el desabastecimiento, la falta de mano de obra calificada en casi todos los sectores y el incremento en las tarifas del gas doméstico, a lo que se suman largas colas para comprar combustible, indicó.

Así, detalló, se asegura que la crisis actual se debe a la falta de camioneros, que hasta hace pocos meses eran, en su mayoría, trabajadores procedentes de países de la UE que con la pandemia y la ruptura de los lazos económicos y arancelarios de Londres con el bloque comunitario, se marcharon a sus países de origen.

Mientras tanto, las personas se han visto forzadas a hacer colas durante días para abastecerse de gasolina y el gobierno, de su lado, ha respondido restringiendo la cantidad de combustible que se vende en las regiones en la que todavía puede conseguirse.

El experto se permitió cuestionar la pobre respuesta que ha ofrecido el gobierno británico, que suele criticar ampliamente a los países del sur del mundo, incluyendo a Venezuela, cuando atraviesan estas dificultades, muchas veces causadas por bloqueos, sanciones y tratos desiguales.

Continuando con el tema, refirió que los ciudadanos, desacostumbrados a tales situaciones, están indignados con el gobierno conservador de Boris Johnson, a quien acusan de ineptitud para capear un temporal anunciado y promovido extensamente por su gestión y la de su predecesora, Theresa May.

De otra parte, recordó que aunque la opción de que Reino Unido abandonara el bloque comunitario en 2016 se impuso en 2016 con 52% de los sufragios –poco más de la mitad–, esto ha supuesto una división del país que no ha mermado desde entonces y destacó que la crisis de desabastecimiento se inscribe en una crisis social más profunda en el Reino Unido.

A este respecto, comentó que los opositores a la separación de Londres y Bruselas sostienen que la votación a favor se produjo a consecuencia del discurso antiinmigración que permea Europa desde hace varias décadas, disfrazado de conveniente nacionalismo.

«Todas las culpas se le echan a los extranjeros en Europa. Los ingleses trataron de sacarlos a través del Brexit», pero en países con poblaciones envejecidas, como ocurre también en España o Italia, dependen de la mano de obra extranjera, añadió.

A juzgar por los resultados obtenidos a pocos meses de su implementación, una parte de la ciudadanía está más clara de lo que supondría el Brexit que las propias autoridades conservadoras, que empujaron al pueblo británico a separarse de la UE.

El también director de LaIguana.TV sostuvo que, de acuerdo con opiniones de expertos, la negociación de la salida del Reino Unido de la UE se hizo de manera inapropiada y, como suele ser habitual, los principales perjudicados fueron los trabajadores, muy especialmente los transportistas.

Para sustentar esta idea, ilustró que el hecho de que en diciembre de 2020, miles de camiones se quedaran estancados en la frontera franco-británica durante días, parecía ser un indicio de lo que estaba por venir. No obstante, no se actuó en consecuencia.

De este modo, la falta de conductores en el Reino Unido no puede considerarse exactamente como una situación sobrevenida, sino que es más bien el resultado de una combinación entre el propio Brexit y políticas díscolas e inflexibles por parte de la administración de Johnson, sintetizó el filósofo.

A inicios de julio, representantes del gremio advirtieron a la cadena alemana DW que tras el Brexit, el sector transporte sufría el incremento en la burocracia, las trabas migratorias y para completar, el Reino Unido ofrecía un paquete laboral menos atractivo que el de los países del espacio comunitario.

Esta combinación, en su decir, hacía poco probable que conductores de Europa del Este, que conformaban la mayor parte de la población camionera desde hace unas tres décadas, regresaran al país a trabajar, pues no se sentirían «bienvenidos».

«Queda claro entonces que el racismo es una especie de búmeran que se regresa a la cara de quienes lo promueven», sentenció el comunicador.

Regresando a los alegatos de los expertos, recordó que alertaron oportunamente que esta situación guardaba estrecha relación con el abastecimiento en su sentido más amplio, por lo que la economía británica en su conjunto podría resultar seriamente afectada en los meses siguientes.

Pese a esto, el gobierno de Johnson fue incapaz de crear una estrategia de contención y ya , enfatizó.

¿Qué ha hecho el gobierno de Boris Johnson para atender el problema?

Una vez descrito el panorama general, Pérez Pirela puntualizó que aunque los expertos estiman que para regresar a niveles de abastecimiento normales de insumos y combustible serían necesarios unos 100.000 camioneros, Londres anunció la aprobación de apenas 5.000 visas temporales a transportistas extranjeros, una cantidad que a todas luces es insuficiente para solventar el problema.

Adicionalmente, este lunes 4 de octubre, se conoció que cerca de 200 militares se encargarían de conducir camiones cisterna desde llenaderos hasta estaciones de servicio de todo el país para aliviar el desabastecimiento generalizado que atraviesa esa nación.  

En este orden, recuperó las declaraciones que ofreciera el ministro de Defensa, Ben Wallas, a la agencia Reuters, en las que aseguró que «mientras la situación se estabiliza», las Fuerzas Armadas estarían «ahí para cubrir cualquier vacante crítica y ayudar a mantener al país y apoyar a la industria para asegurar las entregas de combustible a las estaciones de servicio».

Seguidamente, indicó que otras medidas barajadas por Downing Street incluyen la contratación de presos como trabajadores remunerados y permitir que los casi 70.000 solicitantes de asilo puedan trabajar legalmente, si bien aún no se han anunciado formalmente.

Combinación nefasta: pandemia y Brexit

Esta «tormenta perfecta» de crisis es, a juicio de Pérez Pirela, la resulta de una combinación nefasta: la pandemia y el Brexit, pues la pandemia no hizo más que enrevesar el panorama.

A este respecto, precisó que el coronavirus golpeó fuertemente al Reino Unido, que hoy ocupa la cuarta posición en cuanto a cantidad de infectados (7,4 millones), de los cuales 1,3 millones aún sufren la enfermedad.

Y si bien como en el resto del planeta, la economía se contrajo, pero en lugar de llegar la ansiada recuperación con el avance de la vacunación y la reapertura paulatina, la situación previa se agravó todavía más por la falta de mano de obra calificada y la ida a pique de muchas compañías locales, tras la entrada en vigor del Brexit, resumió el analista.

Sobre este tema, citó lo señalado por el periodista español Daniel Bernabé en un análisis para RT en el que apunta que «el problema es que el Ejecutivo conservador parece incapaz de atajar una situación en la que se mezclan los efectos de la pandemia, careciendo de los fondos de reconstrucción de la UE, pero donde también están presentes cambios en el comercio global que eran imprevisibles cuando se celebraba el Brexit».

Escasez de alimentos y encarecimiento del gas natural

La crisis británica es multidimensional y como sucede con el caso de la gasolina, la escasez de alimentos no se debe a la falta de materia prima, sino que es el resultado de la ausencia de mano de obra e insumos esenciales.

Al respecto, el analista comentó que la situación es tan crítica que las granjas de carne de res, pollo y cerdo –cochino– acusan ya falta de espacio para los animales, que no han podido ser sacrificados porque hace falta dióxido de carbono (CO2), esencial para el empaquetado de alimentos al vacío, a lo que se añade el elevado costo del gas natural.

Por si ello no bastara, resaltó que la proximidad del invierno boreal hace que la crisis del gas natural resulte particularmente alarmante para las familias más pobres. El gobierno ha dicho que protegerá «a los consumidores» del alza de los precios, aunque todavía no ha detallado cómo lo hará.

A su parecer, estas declaraciones no producen confianza, pues siguiendo el ejemplo de otros países europeos, la prensa británica ha ofrecido consejos para «ahorrar energía» durante la temporada fría, en la que la calefacción basada en gas natural resulta casi insustituible.

«Los medios han recomendado a la gente poner una alfombra en el suelo de la casa, usar mucha ropa de invierno, incluso dentro de la habitación; bloquear el buzón de la puerta principal para que el aire frío de la calle no entre en la casa, poner un cojín largo por debajo de la puerta, usar microondas en lugar del horno y usar lavavajillas y lavadora una vez a la semana», detalló.

Con respecto a la escasez del CO2, Londres contrató a una compañía estadounidense para que se encargue de suplir su falta durante tres semanas, contando desde la primera de octubre. No se ha revelado cuál será el siguiente paso.

«Todas las medidas que vemos tomar al gobierno conservador de Boris Johnson no llegan ni a trapitos calientes», sostuvo el experto, pues estas tardías medidas, que pueden interpretarse como paliativas, no han evitado una creciente escasez de alimentos en el Reino Unido.

El complicado escenario también se ha visto aderezado por el desabastecimiento de insumos básicos. En las últimas semanas, las imágenes de anaqueles vacíos le han dado la vuelta al mundo y el problema no parece tener solución en el corto plazo. Más todavía: los comerciantes temen que el desabastecimiento empeore con la llegada de la temporada navideña.

Pérez Pirela enfatizó que la causa asumida públicamente, como en los casos anteriores, es la falta de camioneros, pero la razón real parece ser el racismo que guió la decisión de salir de la Unión Europea a través del Brexit.

Ya para concluir, precisó que este domingo 3 de octubre, Boris Johnson negó que el país estuviera sumido en una crisis de desabastecimiento y descartó plenamente recurrir a lo que denomina «migración descontrolada» para paliar la situación.

Su conducta negacionista le acarreó abucheos por parte de ciudadanos de Manchester, ciudad en la que se encontraba para asistir a la reunión anual de su partido.

A pesar de todos los indicios que apuntan en la dirección opuesta, Johnson se atrevió a «pronosticar» que las navidades de este año serían «mucho mejores» que las del pasado año.

 

(LaIguana.TV)