De acuerdo con el Banco Mundial (BM), la deuda pública de América Latina y el Caribe asciende al 75,4% de su Producto Interno Bruto (PIB), lo que supone un incremento de 15 puntos durante los últimos dos años, refiere Banca y Negocios citando al economista jefe para la región, William Maloney.

El experto asegura que este aumento es la resulta de un incremento en el gasto público para «mitigar los efectos de la crisis» derivada de la pandemia.

Así las cosas, el BM recomienda a los gobiernos que evalúen posibles reestructuraciones del gasto para que reorienten más recursos a los sistemas de educación y salud.

Además, Maloney sostiene que es necesario optimizar los recursos que se destinan a la investigación y el desarrollo –que en este momento se encuentra, según Banca y Negocios, «a la mitad del nivel de los países de ingresos medios»–, por medio de «vínculos entre los centros de investigación y el sector privado».

En ese orden, alegó que como impera «impulsar un crecimiento más dinámico, inclusivo y verde dentro de un contexto de escasez de recursos, los gobiernos deberán replantearse cuál es la mejor y más eficiente manera de utilizar los recursos públicos».

Maloney enfatizó que en lugar de reducir el gasto público, el BM apuesta por la reducción de las ineficiencias asociadas a las contrataciones públicas y a los programas de transferencias, que suponen una erogación equivalente al 4,4% del PIB regional.  

El funcionario aludió a «las mejores prácticas» como mecanismo para reducir «la corrupción» y «las ineficiencias», así como para aumentar «la competitividad de las licitaciones» en las «contrataciones», y aunque no detalló específicamente a qué se refería, aseveró que podía ahorrarse «hasta 22% del gasto sin cambiar las leyes de contrataciones existentes».

Estas advertencias y recomendaciones del BM tienen lugar tras estimarse que aunque este año se ha previsto un crecimiento regional en torno al 6,3%, en 2022 y 2023 el crecimiento se contraerá al entorno del 3%, lo que supone un regreso «a la senda de bajo crecimiento acontecida durante la década de 2010», con los subsecuentes temores de que se concrete «otra década perdida para el desarrollo», sintetiza Banca y Negocios.

En su más reciente informe, intitulado «Reconstruyendo economías dinámicas pos-COVID con restricciones presupuestarias», el ente financiero enfatizó que este sombrío escenario, que se ve favorecido por los impactos de la crisis del coronavirus en las economías de América Latina y el Caribe, podría concretarse si no se adoptan «medidas inmediatas» que permitan «impulsar una tibia recuperación».  

En todo caso, con la pobreza puntuando «su mayor nivel en décadas», estas medidas no admiten dilaciones, pues el propio BM reconoce que hay tensiones sociales. Por ello, urge a los países latinoamericanos y caribeños que implementen «reformas muy postergadas aunque viables» en áreas críticas como educación, salud, infraestructura, política energética e innovación, sin dejar de lado los desafíos que plantea el cambio climático.

(LaIguana.TV)