Autoridades migratorias estadounidenses se niegan a correr con los gastos funerarios de Pablo Manuel Sánchez Gotopo, un ingeniero venezolano de origen falconiano que falleció en ese país por COVID-19, cuyo rostro se hizo conocido por haber sido fotografiado por medios y agencias de noticias mientras cruzaba el Río Grande para solicitar asilo en los Estados Unidos, reseña La Tabla.

En la pesquisa periodística se refiere que Sánchez fue capturado por agentes de Migración y trasladado a un centro de detención en mayo de 2021, lugar donde contrajo el coronavirus que le arrebató la vida.

El calvario del venezolano se intensificó a partir del 11 de agosto, cuando debido a la gravedad de su cuadro fue ingresado en una Unidad de Cuidados Intensivos e intubado. Pese a que no podía escapar a ninguna parte, todo el tiempo estuvo esposado a la camilla y vigilado por custodios.

Aún así, su estado de salud era tan precario que el 25 de septiembre lo transfirieron «de emergencia al hospital Merit Health River Oaks, en Flowood, Mississippi», sintetiza el portal especializado.

La Tabla puntualiza que en el informe que le entregara el Servicio de Inmigración y Cumplimiento de los Estados Unidos a sus deudos, se indica que el criollo «murió de insuficiencia respiratoria y renal aguda, anemia y COVID-19» el pasado 1 de octubre. Tras conocer el resultado, los familiares denunciaron que se incumplieron «los estándares legales de detención internacional».

Mientras tanto, ante la negativa del Gobierno estadounidense para correr con los gastos fúnebres, los familiares han emprendido una campaña de recaudación de fondos a través de la plataforma GoFoundMe para repatriar el cuerpo de Pablo Sánchez, que permanece en un crematorio de la ciudad de Jackson, Mississippi.

De acuerdo con el medio venezolano, el ingeniero civil era sobrino del artista plástico venezolano José Gotopo, quien hace poco falleció en México. Su investigación arrojó que, de cara al asilo que pretendía obtener, fue entrevistado el pasado 28 de julio por las autoridades estadounidenses «para determinar si existía persecución en su contra y era comprobable».

La Tabla apunta, asimismo, que Sánchez fue uno de los personajes cuyo paso a través del Río Grande, que separa a México de los Estados Unidos, fue reseñado ampliamente por lo que denomina «el tinglado mediático de derecha», cuya presencia en un paso fronterizo irregular a plena luz del día nunca fue explicado.

También pertenecen a ese momento, según recuerda esta fuente, imágenes de «una anciana cargada por un joven a través del río y la de un bebé en brazos de una guardia fronteriza», que fueron usadas por medios ligados al antichavismo para avanzar una narrativa de la «huida» de venezolanos hacia los Estados Unidos.

Empero, en decir de La Tabla, de este relato se excluyó que estos migrantes «eran víctimas de ‘coyotes’ (traficantes de personas) que ofrecían que en menos de un mes las autoridades migratorias gringas los dejaría libres».

Inclusive, en aquel momento el medio divulgó una filtración en la que se detallaba la ruta de trasiego de personas que presuntamente gestionaba «una banda de ‘coyotes maracuchos'». Partían del estado Zulia, al occidente de Venezuela y de allí seguían a Bogotá (Colombia), luego a la Ciudad de México y Monterrey en México, para concluir en El Paso (Texas, Estados Unidos).

Para abonar a esa tesis, el portal de periodismo de datos abiertos recuerda que el 11 de mayo se informó sobre la detención de «cuatro zulianos mientras intentaban pasar a 11 venezolanos a San Diego», entre los que se incluía al exjinete Neptalí Antonio Ortiz.

(LaIguana.TV)