La red estaba diseminada en gran parte del país y, para vengar reyertas en sus zonas geográficas, provocaba enfrentamientos incluso con machetes contra los miembros de otras bandas.

Machetes, bandanas, drogas, gorras y hasta caretas. Estos han sido algunos de los objetos que ha interceptado la Guardia Civil española tras la culminación de la Operación Laya, que acaba de concluir con la detención de 13 de miembros, incluidos los dirigentes de la banda latina Blood.

La banda Blood, controlada en su mayoría por dominicanos, llegó a España en 2002 y desde entonces se ha ido propagando por todo el país. Tenían como objetivo la delincuencia común, empleando para ello métodos sumamente violentos como robos con violencia, agresiones muy graves e incluso intentos de asesinato.

Su modus operandi era habitualmente el mismo: captaban a menores de edad y los inducían a abandonar sus domicilios familiares y a cometer actividades ilícitas como medio de financiación con el fin de alcanzar un estatus de poder en la banda. En la actualidad, la cúpula de la red ha sido desarticulada en España tras más de diez meses de investigación.

Los agentes pudieron comprobar cómo operaban en varias ciudades del territorio nacional como Madrid, Álava, Guipúzcoa o Barcelona, donde se encontraba su sede. Asimismo, gracias a las rápidas pesquisas, los agentes evitaron la muerte de una persona a la que los miembros de la banda estaban planeando cómo asesinar.

(Sputnik)