Con motivo del Día Internacional de la Tartamudez hablamos con una fonoaudióloga colombiana que detectó cómo el confinamiento aumentó el número de casos de tartamudez en los niños. Se trata de un trastorno del habla que puede tratarse y tiene componentes tanto hereditarios como neurológicos y emocionales.

También llamada espasmofernia, disfernia o disfluencia del habla, la tartamudez es un trastorno comunicacional caracterizado por la interrupción involuntaria al hablar que viene acompañada de miedo, estrés y tensión muscular en la cara y el cuello.

La fonoaudióloga Mabel Martínez Roa, docente de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) y de la Universidad del Rosario, con más de 20 años de experiencia en neurorehabilitación, aseguró que hubo un aumento en el número de consultas por tartamudez en niños durante la pandemia.

«La edad de aparición es a partir de los dos años, se diagnostica antes de los siete y se da más en niños que en niñas. Si no se trabaja, permanece hasta la adultez. (…) Nadie estaba preparado para estar confinados tanto tiempo y las familias empezaron a notar que sus niños se ponían más disfluentes», señaló Martinez Roa.

Entre las razones que lo explican están la ausencia de socialización en el jardín de los más pequeños y, en preadolescentes, el aumento de la ansiedad y la angustia durante las clases virtuales.

(Sputnik)