El periodista Fredy López Arévalo fue asesinado por un hombre desconocido a la entrada de su domicilio en la ciudad de San Cristóbal de las Casas, estado de Chiapas, en el sur de México, reportó por la noche el diario El Universal con el que la víctima había colaborado en la década de 1990.

Según el periódico, López Arévalo asistió en la tarde del 28 de octubre a la celebración del 83 aniversario de su madre en Tuxtla Gutiérrez y, al regresar a su casa en San Cristóbal de las Casas, fue asesinado por un sicario que habría huido a bordo de una motocicleta.

La Fiscalía General de Chiapas confirmó que agentes de Policía y servicios periciales que arribaron a la escena encontraron a «una persona del sexo masculino, con una herida de bala, sin signos vitales». Las primeras investigaciones apuntan a que la víctima, identificada por el ente como Fredy N, «llegó a su domicilio a bordo de su automóvil, procedente de Tuxtla Gutiérrez, cuando fue agredida por un hombre que disparó un arma de fuego».

«La Fiscalía General del Estado lamenta este reprobable hecho y refrenda su compromiso de continuar con las investigaciones hasta esclarecer los hechos, para garantizar el Estado de Derecho y reitera que ninguna conducta delictiva quedará impune», publicó el ente en su página de Facebook.

Además de haber trabajado como corresponsal en Guatemala para El Universal, según este periódico, López Arévalo colaboró con otros medios, particularmente las revistas Panorama y Proceso, y fue encargado de la oficina de la agencia Notimex en Chiapas.

Los posibles motivos del asesinato no han trascendido por el momento.

La ONG Reporteros Sin Fronteras (RSF) constata en su sitio web que «México sigue siendo, año tras año, uno de los países más peligrosos y mortíferos del mundo para los medios» y que, a pesar de algunos avances recientes, «continúa hundiéndose en la infernal espiral de la impunidad». «Cuando los periodistas investigan temas molestos para el Gobierno o relacionados con el crimen organizado -especialmente a nivel local-, sufren amenazas e intimidaciones, y pueden ser asesinados a sangre fría», señala la organización.

De los 30 periodistas asesinados a lo largo del mundo hasta el 28 de octubre, tres murieron en México: Benjamín Morales Hernández, en mayo pasado; Gustavo Sánchez Cabrera, en junio; y Ricardo López Domínguez, en julio. Fredy López Arévalo acaba de engrosar esta lista. En 2020, según RSF, en México se cometieron ocho asesinatos de periodistas, de un total de 49 a escala global; y en 2019, diez de un total de 40.

(Sputnik)