El crimen contra un dentista cubano identificado como Sánchez González, ocurrido en Chile, tendría como móvil un triángulo amoroso. Pese a que el caso mantiene una investigación abierta, su exjefe Rolando Villagrán y su pareja, Clara González Figueroa fueron imputados por homicidio calificado.

Agencias internacionales reseñaron que las averiguaciones las dirige la jefa de la Fiscalía Local de San Carlos, Tamara Cuello, quien el 13 de septiembre estableció el delito de homicidio calificado contra Villagrán de 55 años y Figueroa, de 39 años.

Los medios explicaron que el primer sospechoso es Villagrán Retamal, que después de unos días buscando concretar un beneficio, seguirá bajo prisión preventiva, medida establecida por el Juzgado de Garantía de San Carlos.

Innumerables dificultades para identificar el cadáver descuartizado

El suceso se dio a conocer el pasado 3 de agosto cuando varios niños que se encontraban jugando en las inmediaciones del río Perquilauquén (a 360 km dirección sur), descubrieron unos restos humanos, los cuales se trataban del profesional cubano.

Inicialmente se toparon con una bolsa plástica que contenía un pie de la víctima. Seguidamente, los vecinos del lugar localizaron otras partes que, para entonces permanecían sin ningún dato de identificación.

Sin embargo, la Brigada de Homicidios de la PDI de Chillán precisó para la fecha que  era  “un hombre joven”.

Reportes de medios de la región, de la Policía de Investigaciones y el Ministerio Público concordaron en que los responsables del asesinato intentaron de todas las formas impedir que se llegara a identificar el cadáver, estrategia que obstaculizó el proceso de la investigación y los hizo “ganar tiempo”.

La fiscal indicó que Reinier estaba tatuado en la espalda — sin encontrar—  con un ángel de gran tamaño. Además explicó que los dedos fueron seccionados y deteriorada el área de huellas dactilares.

Aun cuando las labores se dificultaron para dar con el reconocimiento del infortunado, detectives del Laboratorio de Criminalística (Lacrim) de la Policía de Investigaciones (PDI) consiguieron rescatar una huella digital, lo que ayudó a obtener datos del antillano.

En tanto que la autopsia que practicó el Servicio Médico Legal no determinó concretamente el origen de la muerte de Reinier, ya que no se hallaron sus órganos vitales. Sin embargo se estableció que el tiempo del fallecimiento fue alrededor de un mes.

Informaron que para llevar a cabo el descuartizamiento emplearon una sierra y un hacha.

(LaIguana.TV)