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Aunque parezca increíble, el universo no deja de sorprendernos. ¿Imaginas lo contenta que se pondría tu pareja si le regalas un diamante gigante? Pues existen a lo largo y ancho del universo, son incluso más grandes que la Tierra y se conocen como estrellas enanas blancas cristalizadas. Vamos a conocerlas.

 

¿Qué son las estrellas enanas blancas cristalizadas?

 

Una estrella enana blanca cristalizada es similar a nuestro Sol. Sin embargo, tiene muchos más años de edad, por lo que está en sus últimas fases de vida. En ese momento, se vuelve densa en extremo, lo que hace que se comprima hasta el tamaño similar al de nuestro planeta, la Tierra.

 

En en los estertores de estas estrellas, su composición es mayoritariamente de oxígeno (O) y carbono (C) que progresivamente se van enfriando en un proceso que dura millones de años. Así pues, llega un momento en el proceso de enfriamiento de las enanas blancas en que el carbono se cristaliza, dando lugar a un diamante de inmensas proporciones.

 

¿Qué enanas blancas cristalizadas se conocen?

 

En la actualidad se pudo demostrar la existencia de estas enanas blancas cristalizadas recientemente. A unos 900 millones de años luz, en la constelación de Acuario, científicos de la Universidad de Wisconsin-Milwaukee localizaron la primera de esta especie girando en órbita alrededor de un púlsar.

 

Un púlsar es una estrella de neutrones, un remanente de densidad enorme que queda de una explosión conocida como supernova, y que giran emitiendo ondas de radio a través de sus polos magnéticos como si fuesen faros estelares.

 

Para detectar esta estrella, hubo que aplicar varios años de estudio y observación. No es fácil encontrar un cuerpo tan frío, pequeño y alejado de la Tierra. No obstante, gracias a la teoría de la relatividad de Einstein, se pudo localizar a la enana blanca cristalizada alrededor del púlsar. La teoría de la relatividad de Einstein sostiene que la luz se desacelera si existe la presencia de un campo gravitacional cercano.

 

Aplicando estas teorías, los investigadores descubrieron que la gravedad de la estrella era capaz de deformar el espacio, lo que causaba retrasos en las señales de radio en el momento en el que el púlsar estaba tras la enana blanca cristalizada.

 

Esta estrella enana blanca cristalizada tiene una edad de 11.000 millones de años. Muchos frente a los 4.600 de nuestro sol. Pero podría ser que algún día, nuestro astro rey también se convierta en un diamante gigante, aunque no estaremos ahí para poder regalárselo a nuestra pareja.

 

(Batanga)

 

 

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