Conocido en la nación neogranadina como «Julito», Julio César Vélez González, fue acusado por el Ministerio Público de Colombia tras comprobarse su responsabilidad en el asesinato de María Claudia Avendaño (21), su esposa, crimen que cometió el 16 de noviembre de 2010.

 

La versión que Vélez les entregó a la familia y a las autoridades decía que en el momento en que él se disponía a salir a comprar unas fotocopias, la joven enfureció, tomó un revólver y se suicidó.

 

No obstante, la explicación no convenció del todo a la familia. «Que porque él iba a salir por unas fotocopias y la iba a dejar sola ella supuestamente se puso brava y se mató. ¿A quién se le ocurre esto?», se preguntó Héctor Castaño, padre de la joven.

 

La incredulidad de la familia aumentó cuando el cuerpo de la joven fue sometido a un análisis forense que determinó que por la trayectoria de la bala, no se podría tratar de un suicidio.

 

En ese momento, la investigación tomó un nuevo rumbo y empezó a manejarse la hipótesis de que la muerte de Claudia habría sido producto de un homicidio y no de un suicidio como hasta el momento lo sostenía su pareja. Más aún cuando él fue la única persona que estuvo con la joven la noche de su muerte.

 

Vélez González se encuentra prófugo de la justicia y con circular de Interpol desde septiembre de 2012, según reseñan los medios colombianos.

 

El sujeto fue electo como Concejal de Cúcuta, a través del Partido de la U, un movimiento de derecha que se consolidó como buró para apoyar la candidatura de Álvaro Uribe, es considerado mano derecha del expresidente colombiano, en el Norte de Santander, frontera con Venezuela. Es propietario las empresas cambiarias «Meca Cambio», empleadas para el lavado de dinero fronterizo.

 

(VTV / Aporrea.org)

 

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