El analista político opositor Luis Vicente León es de la opinión de que «el objetivo relevante» para ese sector político en las venideras elecciones regionales y municipales «no es ganar la mayoría de las gobernaciones y alcaldías» –evento al que calificó de «poco probable», sino «retener y obtener espacios políticos que oxigenen el liderazgo debilitado, articulen su lucha y devuelvan al voto su rol protagónico».

En un hilo compartido en la red social Twitter este jueves, advirtió a quienes adversan al gobierno del presidente Nicolás Maduro que dimensionar «adecuadamente» y «controlar las expectativas» en función de lo que, a su parecer, es la meta a cumplir, «puede ser la diferencia fundamental para leer los mismos resultados de manera positiva o decepcionante».

En sus reflexiones indicó que «se espera» que de los comicios «surja un grupo significativo de gobernadores y alcaldes opositores» legitimados a través del voto, «cuyo mayor valor» sería convertirse en una «nueva opción de renovación en el liderazgo opositor, que se encuentra hoy bastante debilitado y desconectado».

A su juicio, este escenario de recomposición de las fuerzas políticas de la oposición podría verse amenazado por la abstención «y las divisiones entre líderes opositores», pues estas «dispersan el voto y reducen» las posibilidades de que los candidatos presentados por las organizaciones opositoras se impongan a los postulados por el Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv).

De otro lado, destacó que en este caso no es posible realizar proyecciones como las que se hacen para las elecciones presidenciales, pues cada uno de los cargos disputados –23 gobernaciones y 335 alcaldías– es una elección «independiente y con vida propia», si bien no se puede dejar de lado que es muy posible que prevalezca el «efecto tubo» para las elecciones locales.

En todo caso, refirió que las estimaciones apuntan a que la abstención «de los electores presentes en Venezuela», número significativamente inferior al registrado en el padrón electoral, oscilará entre el 40% y el 50%, un escenario que históricamente no ha favorecido a la oposición.

León añade un matiz a su comentario, sosteniendo que «la fuerza opositora es mayor en parte importante del corredor electoral principal», que abarca los estados Miranda, Zulia, Lara, Mérida y Nueva Esparta.

No obstante, según lo por él dicho, las posibilidades de victoria de la oposición en estos espacios están condicionadas a la presentación de un único candidato, particularmente en el estado Miranda.

«Si esto se concretara, sobre el total de gobernaciones luce bajo, pero en términos de impacto en el liderazgo opositor y en el número de votos totales sería un éxito muy importante, aún posible si prevalece la racionalidad», añade.

De cara al «día después», el también presidente de la encuestadora Datanálisis sostiene que «los triunfos opositores tendrán que ser medidos en la suma de éxitos de MUD, Alianza, Fuerza Vecinal y Avanzada Progresista, pues las potencialidades están dividas por regiones, para los diferentes grupos políticos».

Además sugiere que «esta heterogeneidad permite proyectar un rebarajeo muy interesante en la dirección futura de la oposición y exigirá cambios en la relación de la nueva oposición y la comunidad internacional».

Este análisis, centrado en la unidad opositora –al menos en términos de objetivos–, no parece corresponderse con el reciente anuncio de Juan Guaidó, quien a pesar de tener una muy debilitada posición dentro y fuera del país, aseguró este 10 de noviembre que continuaría autodenominándose «presidente encargado» hasta que se celebrara «una elección libre y justa».

Como colofón, León alerta que «si prevalecen la división y la abstención», la oposición fracasaría en su «objetivo renovador» y «el triunfo de Maduro sería monumental».

(LaIguana.TV)