La investigadora Clara Sánchez advirtió que en el camino que transita la Revolución Bolivariana, afectada rigurosamente por el bloqueo económico, financiero y comercial estadounidense y aliados, “la producción nacional de alimentos, pero sobre la importación, deben dirigirse primeramente para el consumo interno”. 

La también autora de libro “Operación bloqueo de alimentos a Venezuela” expresó durante una entrevista para el programa Cara a Cara del portal LaIguana.TV, conducido por el profesor Clodovaldo Hernández, que con esta política expuesta anteriormente se debe “proteger a la población nacional, que es el factor más importante. Sin población no hay nación y el Gobierno nacional tiene que tomar eso en cuenta”. 

Sánchez se ha dedicado a registrar en una minuciosa investigación el sistema agroalimentario de Venezuela desde la etapa del 2014, y en el cual estudió las políticas que se ejecutaron en ese lapso.

“Se identifica una primera etapa en este primer período en el que hubo un impulso, sin embargo, después del 2014 hubo un quiebre con la caída del precio del petróleo y en ese entonces comienza a afectarse la producción nacional de alimentos y los indicadores alimentarios que llegaron a ubicarse en los niveles más altos e históricos”, dijo. 

En este orden de ideas, aclaró que se trata de “un mito, decir que no se producían  alimentos”, ya que los datos obtenidos de este tiempo demuestran lo contrario y “evidencia que lo indicadores se elevaron al más alto nivel, tanto en la producción nacional de alimentos como en los indicadores alimentarios de la población: tallas, peso de los niños, consumo de proteínas, consumo kilocalorías”. 

Explicó que, a partir del 2014, con la caída de los precios del crudo, Estados Unidos ejecutó y comenzó a aplicar una política de coerción contra Venezuela que afectó la producción nacional y llevó al aumento histórico de importación de alimentos. 

Indudablemente también se vio perjudicada la entrada de la renta de divisas 

Destacó que, en líneas generales, los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) se convirtieron en un atenuante “a esto que otros investigadores han denominado como la guerra económica contra Venezuela”. 

Recordó que, en el tema alimentario, acompañado de políticas gubernamentales, como la Misión Alimentación, se manejaba una cantidad de acciones y programas que impactan sobre todo el precio accesible de los alimentos a más del 75 por ciento de la población 

Por lo tanto, a partir de la disminución de estos ingresos mediante la renta petrolera que se recibía para mantener los programas en el mismo nivel, resultaron impactados. 

Luego que Venezuela fue declarada como una amenaza inusual y extraordinaria por Washington y con las políticas de sanciones, “los Clap vienen a ocupar ese lugar y se convirtió en el programa bandera con el cual el Gobierno podía importar y complementar el consumo de alimentos que fue golpeado”.  

Sánchez acotó que no es nuevo el manejo del argumento alimentario en el país con la finalidad de atacar a un Gobierno, porque “los alimentos históricamente han sido utilizados en tiempos de guerras para exterminar poblaciones, colapsar gobiernos”. 

En la situación específica de Venezuela se empleó un mecanismo con acciones, no solo económicas, comerciales y financieras para imponer el bloqueo, “sino que también han sido acompañadas de acciones políticas, diplomáticas, el campo militar y seguido de una campaña mediática sin precedentes, justamente para limpiar este bloqueo de los alimentos como que si fuera un pecado suministrar o que Venezuela intentara comprar alimentos para la población”. 

La experta apuntó que el bloqueo de los alimentos en Venezuela y justamente en el sistema agroalimentario “no tuvo que ver exactamente con la importación, es importante decir que no es exclusivo, tiene que ver que Venezuela requería como en otros países del mundo de semillas certificadas, de fertilizantes como el caso de los potásicos porque no somos productores, no tenemos reservas. Además de otros insumos como plaguicidas e insecticidas que se importan desde el exterior”.  

En este orden de ideas, detalló que no se trata únicamente con restringir “la importación de alimentos como un suministro de bienes esenciales del país, sino con todos los componentes fundamentales para la importación de otros elementos que son necesarios para producción nacional”.  

(LaIguana.TV)