Mike Tyson vuelve a ser noticia… y no precisamente por su regreso al ring, sino por las curiosas y extravagantes aficiones de las que suele hacer gala en reiteradas ocasiones, como el hecho de fumar marihuana o comprarse animales exóticos como un tigre de Bengala.

La última de las aficiones de Tyson la ha revelado el propio boxeador en declaraciones recogidas por el New York Post en las que confiesa que se droga con veneno del sapo del desierto de Sonora. «Ingerí el veneno de este sapo 53 veces, pero nada se acercó a la experiencia de la primera vez. Esa vez que ‘morí’. Fue todo un desafío. Tomaba drogas duras como la cocaína, pero esto es otra dimensión. Antes de darle al sapo estaba hecho un desastre. El oponente más duro al que me he enfrentado era yo mismo. Tenía baja autoestima, algo que les pasa a las personas con mucho ego, pero el sapo te despoja del ego».

Tyson también afirma que descubrió este ritual, que consiste en fumar el veneno del sapo y que provoca efectos psicodélicos, hace cuatro años y que esto le ayudó a perder 45 kilos, a reconciliarse con su familia y a recuperar las ganas de boxear. De hecho, el New York Post señala que el propio Tyson tiene un criadero de estos sapos del desierto de Sonora en su rancho donde desarrolla su negocio de marihuana en California.

«La gente ve cómo he cambiado. Mi mente no entiende qué ha pasado, pero mi vida ha mejorado por completo. El único objetivo del sapo es que alcances tu máximo potencial y ver el mundo de otra manera en el que todos somos iguales y todo es amor», aseguró.

(Agencias)