Una nueva investigación ha revelado que la Vía Láctea posee una cantidad significativamente menor de galaxias en su órbita de lo que se creía anteriormente. 

El espacio cercano a nuestra galaxia no está vacío. En realidad, decenas de galaxias enanas se encuentran a su alrededor. Se trata de galaxias pequeñas, bajas en masas, algunas con tan solo unas 1.000 estrellas. 

Este es un fenómeno común en el universo, explica el portal Science Alert. Los científicos saben, por las observaciones astronómicas, que existen grandes galaxias cerca de las cuales se acumulan galaxias enanas, que pueden ser capturadas en el campo gravitacional del objeto más grande. 

En lo que se refiere a la Vía Láctea, de momento se han identificado cerca de 60 galaxias de menor tamaño a una distancia de hasta 1,4 millones de años luz. Pero se cree que existen muchas otras escondidas en la oscuridad. 

Sin embargo, un nuevo análisis de los datos recopilados por la sonda espacial Gaia ha revelado que la mayor parte de estas galaxias enanas son relativamente nuevas en la región. Eso sugiere, según los científicos, que son demasiado jóvenes para estar orbitando la Vía Láctea. 

«Concluimos que, debido a sus inigualables energías elevadas y momentos angulares, la mayoría de estas enanas no pueden ser satélites de larga vida, y si pudieran estar unidas a la Vía Láctea, están en el primer paso, es decir, han caído hace menos de 2.000 millones de años», afirman los autores del estudio. 

Al calcular los movimientos de 40 galaxias enanas cercanas a la Vía Láctea, los investigadores descubrieron que la mayoría de estos grupos estelares que se supone que son satélites de la Vía Láctea, en realidad, se mueven mucho más rápido que los objetos que orbitan nuestra galaxia. 

El hallazgo, concluyeron los científicos, indica que estas galaxias enanas no pueden haber estado cerca de la Vía Láctea tiempo suficiente como para que el campo gravitacional de nuestra galaxia masiva las haya ralentizado. Así, aunque es posible que algunas de estas galaxias enanas terminen, de hecho, orbitando la Vía Láctea, de momento no pueden considerarse satélites de nuestra galaxia. 

El estudio, publicado en la revista científica The Astrophysical Journal, podría cambiar nuestra comprensión acerca de las interacciones entre las galaxias y de las propiedades de las galaxias enanas, dicen los investigadores. 

(Sputnik)