Este viernes 8 de diciembre, Miguel Ángel Pérez Pirela conversó en exclusiva con el sociólogo y politólogo argentino Atilio Borón. En el intercambio, Borón expresó opiniones sobre la democracia, los derechos humanos, la integración latinoamericana, la inevitable hegemonía económica de China y la reconfiguración del mundo multipolar, así como sus libros contra las ideas políticas del Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa.  

La crisis de las democracias en el mundo: imperialismo y plutocracia

Para iniciar el diálogo, Pérez Pirela inquirió a Borón sobre el estatus de las democracias en la región, a lo que el experto argentino replicó que, en este momento, las democracias latinoamericanas intentan recuperarse de los efectos del injerencismo estadounidense, así como de las acciones de la Unión Europea, ejecutadas bajo la tutela de la Casa Blanca. 

A modo de ilustración, aludió a la insistencia de un puñado de naciones, incluyendo algunas europeas, en reconocer a Juan Guaidó como «presidente interino», aunque sea pública y notoria su participación en el saqueo de los activos del Estado venezolano, asunto que, en su juicio, era impensable tres décadas atrás, por muy conservadores que pudieran ser los gobiernos. 

Sin detenerse demasiado en este tema, enlazó con una idea que estima mucho más sustancial: que esto es un signo inequívoco de la crisis mundial que padece la democracia, que se expresa, por ejemplo, en la Cumbre de la Democracia convocada por el presidente Joe Biden, a la que calificó como «una vergüenza», vista la presencia de Guaidó como representante de la República Bolivariana de Venezuela o la invitación a Taiwán, aunque la isla forma parte integral de China

En contraste, sostuvo que los pueblos latinoamericanos resisten a la avanzada de la derecha regional, al tiempo que esta atraviesa su propia crisis de liderazgos, entre los que mencionó los casos de Colombia, donde el uribismo gobernante carece de un candidato que le haga frente a Gustavo Petro, y el de Chile, en el que tuvo que echar mano de un candidato impresentable, José Antonio Katz, apologista de la dictadura de Pinochet y relacionado con el nazismo y el neonazismo. 

Desde su punto de vista, las democracias en los así llamados «países desarrollados» han devenido en plutocracias –es decir, gobiernos de los ricos, por los ricos y para los ricos–, que se cruza con una confrontación geopolítica contra Rusia y contra China que podría derivar en un conflicto de proporciones mundiales. 

Sobre este tema, apuntó que Estados Unidos «está jugando con fuego», al desplegar una importante proporción de buques de guerra en las proximidades del mar del Sur de China, a lo que se suma su respaldo al separatismo taiwanés, cuya expresión más reciente fue invitar a representantes de la isla a la Cumbre con la Democracia. 

Una situación similar, afirmó, se sucede en Ucrania, devenida en punta de lanza contra Rusia, incluso a pesar de que es notorio el liderazgo ruso en la producción de misiles hipersónicos y otro armamento, cualitativamente superior al que posee la OTAN. 

En todo caso, explicó, el capitalismo apuesta a regímenes autoritarios revestidos de rituales pseudodemocráticos, al tiempo que socava la democracia, entendida esta como un régimen cuyo gobierno responde a los intereses de los pueblos y no de una pequeña élite. 

Mundo multipolar y ascenso de China

Para el especialista argentino, Estados Unidos no esperaba el ascenso económico de China, cuya primacía en ese ámbito es indiscutible, ello sin dejar de lado que el gigante asiático es el principal socio comercial o financiero de 144 países, hegemonía que nunca pudo ostentar el país norteamericano. 

Para más, tampoco la situación geopolítica es la misma que hace pocos años, pues la trilogía Estados Unidos-Unión Europea-Japón era férreamente controlada por Washington. Sin embargo, la que hoy domina el concierto internacional –Estados Unidos, China y Rusia– ha traído consecuencias desagradables para la nación americana. 

En primer término, Borón se refirió al desplazamiento de países que otrora tenía peso en las arenas internacionales, como Francia, Alemania o el Reino Unido –a las que calificó como «viejas potencias coloniales jubiladas»–, mientras que Estados Unidos quedó en franca desventaja frente a sus rivales, pues no puede manejarlos a su antojo como hiciera otrora.

En este asunto, dijo para redondear, también entran en juego las profundas diferencias culturales entre las tres potencias, que no comparten ni un idioma común –impuesto por la fuerza– o una historia política común de la cual echar mano. Antes bien, recordó, la historia de China ha viajado completamente ajena a la tradición occidental y en buena medida esto también ha sucedido en Rusia, cuyas raíces culturales son múltiples y mixtas. 

El doble rasero estadounidense sobre los derechos humanos

En opinión de Atilio Borón, Estados Unidos se ha arrogado el derecho de decidir quién respeta o no los derechos humanos e incluso ha institucionalizado unos mecanismos que le permiten avanzar juicios periódicamente. 

En este orden, refirió que de esto se encarga el departamento de Estado, que anualmente produce un informe en el que se califica a los países en relación con su cumplimiento a los estándares mínimos internacionales. El problema es que esta iniciativa, que inicialmente pretendía impedir que países en donde se violaban los derechos humanos recibieran ayuda estadounidense, se transformó en un mecanismo para condenar adversarios y favorecer aliados. 

Así, comentó que el informe estadounidense sobre Colombia es «tibio», pese a que se asesina a un líder comunitario por día. Vale lo mismo –y acaso todavía más– cuando se consulta en de Arabia Saudita, en el que se ignora decididamente que en el país hay una monarquía absoluta que violenta permanentemente los derechos humanos y aplica la pena de muerte. 

A pesar de ello, destacó, Biden invitó a los gobernantes de esos y otros países con cuestionable historial en materia de derechos humanos a su Cumbre de la Democracia, dejando en claro cómo funciona su doble rasero: a Iván Duque (Colombia) se le disculpan comprobados crímenes y, al mismo tiempo, se sataniza a los gobiernos de Venezuela y Nicaragua, a los que se sindica de cometer violaciones masivas a los derechos humanos.  

Con base en lo expuesto, el sociólogo aseveró que estos hechos son la demostración de que la categoría «derechos humanos» ha sido instrumentalizada por el imperialismo, en desmedro de las luchas reales por esta causa, que en tiempos contemporáneos abarcan asuntos como el acceso al agua potable o el cese de la contaminación de los océanos, contra los que atenta permanentemente el capitalismo, comprometiendo con ello la vida de las futuras generaciones.

A modo de cierre sobre este tema, relató que Estados Unidos ha admitido públicamente que es necesario respaldar a los gobiernos de sus países aliados, independientemente que se trate de regímenes autoritarios, bajo el alegato de que bajo su tutela acabarán deviniendo en democracias liberales. 

A contrapelo, en Washington mantienen la tesis de que hay que combatir a cualesquiera gobiernos de los países no aliados –a los que invariablemente tildan de «dictaduras»–, pues nunca serán democracias liberales como las que ellos desean, afirmó el politólogo. 

Un reflorecimiento de la integración en América Latina

Al ser consultado sobre la integración en América Latina, Borón recordó que los Libertadores –Simón Bolívar, Francisco de Miranda, José de San Martín y José Martí– tenían claro que era necesaria una integración supranacional que debía acompañarse con la difusión de las ideas. 

Esas ideas, precisó, tenían como eje fundamental la integración de los países de la región. Sin embargo, matizó, Estados Unidos también estaba al corriente de este plan y desde entonces ha hecho todo lo posible por crear y fomentar las discordias entre naciones hermanas, exacerbando incluso en chauvinismo cuando así lo ha estimado necesario. 

Bajo ese punto de vista se explican claramente los sabotajes emprendidos por los gobiernos de Álvaro Uribe (Colombia), Mauricio Macri (Argentina) o Sebastián Piñera (Chile) contra mecanismos como Unasur, que se vieron favorecidos con el deceso del comandante Hugo Chávez, principal impulsor de la integración latinoamericana a inicios del siglo XXI, sintetizó el politólogo. 

Antes de eso, comentó, el entonces presidente argentino Raúl Alfonsín propuso la creación de un Club de Deudores, cuyo propósito era hacer frente a la crisis de la deuda que sacudió a muchas naciones suramericanas en la década de 1980. No obstante, Washington amenazó a Alfonsín y a los otros mandatarios –muchos de ellos dictadores– y los forzó a negociar condiciones individuales de refinanciamiento de la deuda. 

A pesar del difícil panorama, en este momento, asegura, hay condiciones para relanzar ese proyecto de integración que vivió sus mejores tiempos en la década pasada, ahora impulsado por el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, así como por sus homólogos de Venezuela, Cuba, Nicaragua e, incluso, Argentina, aún con grandes dificultades y desafíos por delante. 

El Hechicero de la Tribu: Mario Vargas Llosa y el Liberalismo en América Latina

Ya en la recta final de la emisión, Pérez Pirela solicitó a Borón detalles sobre su libro El Hechicero de la Tribu: Mario Vargas Llosa y el Liberalismo en América Latina, en el que se devela el papel del Nobel de Literatura en la difusión de las ideas de la ultraderecha en la región. 

A este respecto, Borón sostuvo que su libro se concibió como una respuesta a otro libro publicado por Vargas Llosa bajo el título «La Llamada de la Tribu» en el que peruano plantea que solamente el capitalismo liberal garantiza la democracia, pero hace uso de su habilidad con la pluma para citar interesadamente y distorsionar las ideas de pensadores como Adam Smith, Karl Popper o Isaiah Berlín. 

Esto, sostiene el politólogo, no es azaroso, pues se trata del punto de vista que defienden el Fondo Monetario Internacional y el imperialismo estadounidense, en razón de lo cual se vio impelido a responder, cuestionar y desmontar al narrador, de forma muy documentada.

Borón ha seguido con interés las publicaciones periodísticas de Vargas Llosa y eso le motivó a escribir otro libro, El Sueño del Marqués, que fue publicado en Venezuela para el sello Monteávila y en el que nuevamente denuncia y desmonta el esfuerzo propagandístico de Vargas Llosa.

El intelectual insistió en el epíteto «propagandista del liberalismo» en América Latina, pues sus artículos son replicados en más de 300 medios de la región y además tiene tras sí una poderosa estructura económica ligada a la derecha mundial, que se encarga de financiar medios de comunicación e iniciativas contrarias a los procesos populares de liberación de los pueblos. 

El sociólogo enfatizó que, en contraste, en sus novelas, sus personajes suelen ser gente progresista, idealista, que lucha contra los poderes coloniales e imperiales, que a menudo suelen ser descritos con muchísima precisión, lo que da cuenta de su «perversidad» como ser humano, pues es evidente que conoce «el mal» y, aun así, prefiere dedicar su intelecto a justificarlo. 

Por ello enfatizó que el escritor peruano merece ser estudiado y también, combatido.  

Enseñanza 2.0 y democratización del saber

Al cierre de la conversación, Atilio Borón informó que en la dirección www.atilioboron.com.ar se encuentran artículos, reseñas, entrevistas y también cursos, cuyo propósito es difundir información de temas de actualidad política regional y mundial y propiciar el debate popular. 

A ese respecto, detalló que actualmente están disponibles cursos sobre derechos humanos, ‘lawfare’, el mundo después del COVID-19, el estado actual del sistema internacional y los ciclos progresistas, que son dictados por él y otros especialistas reconocidos. 

El académico precisó que, para acceder al contenido, los interesados deben cancelar «una cantidad simbólica», muy por debajo del precio de mercado, que incluye videos, así como otros materiales de apoyo y discusión. Además, mencionó que cada 15 días se realiza un ‘Café-Zoom’ en el que se discuten temas de interés que han marcado la agenda informativa. 

Para concluir, el especialista resaltó la necesidad de continuar dando la batalla contra el capitalismo en todas las esferas, incluyendo la intelectual, pese a las evidentes dificultades que ello supone. 

(LaIguana.TV)