Cerramos el año celebrando por un lado y teniendo presente a nuestros muertos. A quienes pretenden desnaturalizar o masculinizar a la mujer cuando ésta se defiende o clama por sus derechos, desde nuestro espacio Entre Líneas recordamos que ancestralmente las están asesinando y la sociedad prefiere mirar a un lado.

2021 como todos, fue un año de violencia multiforme. Hubo manifestaciones polémicas de violencia psicopática narcisista, violencia vicaria y sigue el contador de los femicidios ocurridos y por ocurrir, a nuestro pesar.

¿El feminismo es una treta de los dominantes?

Es cierto que ha tomado auge una ola de feminismo asumida por el marketing del partido demócrata de EEUU y del especulador financiero George Soros para hacerse con el electorado feminista y unas cuantas “minorías”, pero el feminismo no es sólo eso, no debería ser resumido a una sola expresión, ¿Cómo hacerlo? Si hasta las que no se reconocen como feministas, en obra y acción, lo son.

Lo personal es político y lo político de interés colectivo En este capítulo de Entre Líneas la periodista Naile Manjarrés hace un dossier sobre algunas manifestaciones públicas en favor de los derechos de la mujer que no fueron tomadas como proclamas feministas pero que hacen el trabajo.

Las figuras destacadas en este espacio resignifican en 2021 el concepto mujer en distintos espacios, por ejemplo, atletas que renunciaron a la presión mediática por proteger su salud mental, que decidieron no participar de las olimpíadas si algún factor implícito comprometía su bienestar, (aquí entran Simone Biles, Naomi Osaka y la sudafricana Caster Semenya), esta última se negó a medicarse para reducir sus niveles naturales de testosterona para así ser considerada mujer y poder participar en una categoría femenina).

Por otro lado, este año varias delegaciones olímpicas también se opusieron a los históricos y tradicionales condicionamientos a la vestimenta, rechazando a una sociedad que hiper sexualiza y luego condena a la mujer por como va vestida. Las mujeres deportistas han sido criticadas muchas veces a lo largo de los años por lo que llevan puesto. Este año la selección femenina de balonmano de Finlandia asumió orgullosa una multa por negarse a jugar en bikini.

La primera presidenta de Honduras En este capítulo también se destaca el rol de dos figuras en el ámbito de lo que llamamos “política”. Xiomara Castro después de más de una década de golpe de estado y atropello en Honduras, se convirtió en la primera presidenta de ese país. Siendo promotora de una constituyente y de la legalización del aborto, Xiomara se erige como una mujer con conciencia de género aunque esto implique verle a su vez como icónica traidora de lo que deberían ser sus intereses, pues es hija del asesor del empresario Miguel Facusé y esposa del ex presidente y también empresario José Manuel Zelaya.

Castro además contradijo las tendencias de medios de comunicación hondureños al llegar con un discurso de reconciliación. Su postura es un poco más consciente que la de otra mujer más al sur: la primera dama de Ecuador, María Lourdes de Lasso, quien también dejó huella este año, pero de pésima manera, asegurando el pasado 25 de noviembre, el día por la eliminación de la violencia contra la mujer, que la mujer violentada no era “víctima de nadie más que de sí misma”. Sobre su huella de lodo, que significa otro retroceso para la perspectiva de género en el gobierno de Ecuador también dedicamos un importante apartado en este capítulo de Entre Líneas.

(LaIguana.TV)