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Si creíste que tus viejos CD’s de los Hanson, Sugar Ray, Shakira o Aerosmith que actualmente están acumulando polvo en el sótano de tu mamá ya no servían de nada, te equivocabas. Ahora, gracias a la investigación de expertos taiwaneses, podrían servir para transformar el agua residual en agua potable. ¿Esta sí que es una magnífica forma de reutilizar los viejos CD’s no?

 

“Los discos son baratos y se pueden encontrar fácilmente en cualquier parte”, dijo el investigador principal del proyecto Din Ping Tsai, un físico de la Universidad Nacional de Taiwán, en un comunicado de prensa. “Cerca de 20 mil millones de discos se fabrican cada año, por lo que el uso de discos viejos para el tratamiento del agua podría llegar a ser la forma de reducir el daño ecológico que estos provocan”.

 

Cada mes, alrededor de 100 toneladas de CDs se vuelven obsoletas y millones de estos son simplemente desechados por los rellenos sanitarios de todo el mundo. Cuando se descompone un CD, este libera bisfenol-A (BPA), una sustancia química tóxica que se ha relacionado con alteraciones cerebrales, cáncer y otras enfermedades.

 

El proceso de purificación de agua que plantea el investigador Tsai implica el uso de la superficie plana de un CD como una plataforma sobre la cual crear o hacer crecer el óxido de zinc. Después, cuando se ilumina con luz UV en un dispositivo de tratamiento de agua prototipo, el óxido de zinc actúa como un catalizador de fotones, rompiendo los contaminantes orgánicos en las aguas residuales que se filtran en una manguera.

 

En una prueba, los investigadores encontraron que “más del 95% de los contaminantes se habían descompuesto después de sólo 60 minutos. Eso es alrededor de 150 ml de agua por minuto”. Tsai dijo que el dispositivo podría ser utilizado a pequeña escala para limpiar el agua que está contaminada con desechos residuales domésticos, el alcantarillado urbano o residuos agrícolas.

 

A nivel mundial, 884 millones de personas no tienen acceso al agua potable. Y el agua contaminada causa la enfermedad número uno en el mundo que finalmente lleva a la muerte y es la diarrea, el 88% de la cual es causada por la falta de acceso a servicios de saneamiento y por beber agua sucia. Entonces, a pesar de que la técnica de tomar orina reciclada es asquerosa, esta trata de suplir una necesidad clara que es convertir las aguas residuales en potables. Y en ciertas partes del mundo, el consumo de aguas residuales ya se ha vuelto una forma de vida. De acuerdo con un artículo del 2012 del New York Times de Jessica Yu, directora del proyecto La Última Llamada del Oasis:

 

“En Israel, más del 80% de las aguas residuales de los hogares se reciclan, proporcionando casi la mitad del agua que se utiliza para el riego de la tierra. Una nueva planta piloto cerca de San Diego en EE.UU y el programa nacional “NEWater” en Singapur muestran que es práctico convertir las aguas residuales en agua lo suficientemente limpia como para poderla beber. Sin embargo, en la mayor parte del mundo, esto no se hace”.

 

Un estudio de 2011 realizado por la Universidad de California, Santa Cruz, también demuestra otro obstáculo: más del 60% de los encuestados se negó a beber agua que había tenido algún contacto directo con las aguas residuales.

 

La posición que las personas toman con respecto a este tema es irónica, según Carol Nemeroff, una psicóloga asociada con el estudio, ya que “hasta el agua pura y fresca de manantial fue ensuciada con el excremento de las aves y los peces. Así que no existe ese tipo de agua que nunca ha sido ensuciada con excremento o con orina“. En el Condado de Orange, California, las aguas residuales recicladas se bombean en cavidades subterráneas –este es un paso completamente innecesario– para que los consumidores sientan que lo que sale de los grifos es agua que brota desde la tierra y no del inodoro de otra persona. Luego está el hecho de que toda el agua que consumimos es reciclada: la cantidad de H2O en la atmósfera de la Tierra no cambia; lo único que cambia es la forma en la que el agua se puede presentar (lluvia, agua dulce o agua de mar; líquida, gaseosa o sólida).

 

Así, mientras que Tai y su equipo se merecen todo el crédito por trabajar para minimizar el daño ecológico que causan los CDs, otro obstáculo que les espera será convencer al mundo que beber agua reciclada o purificada es la solución.

 

(Ecoportal.net)