La actriz y comediante venezolana Fina Torres, quien durante años logró dibujarle sonrisas y extraerle carcajadas a los venezolanos a través de programas como La cruzada del buen humor y Radio rochela, falleció el martes pasado, a los 87 años.
Nacida en Cúa, estado Miranda, el 27 de julio de 1929, Rojas incursiona en el espacio humorístico de Radio Caracas Televisión –entonces comandada por Tito Martínez del Box– a finales de los años cincuenta y principios de los sesenta junto con actores como Pepeto, Argenis Angarita, Pedro Elías Belisario, César Granados y el propio Cayito Aponte, quien solía decir que Rojas era «la mejor actriz cómica» del medio artístico local.
Y no se equivocaba. Porque mucho antes que Norah Suárez, que Olimpia Maldonado, que Martha Olivo, y que Nelly Pujols, la actriz Fina Rojas había hecho reír a todos en un momento sumamente difícil: el país estaba saliendo apenas de la dictadura perezjimenista, que se había cobrado no pocas víctimas.
La propia Nelly Pujols llegó a reconocerlo años atrás en una entrevista. «Aquí habían sólo dos iconos de la comicidad femenina: Fina Rojas e Irma Palmieri», dijo la actriz, quien en aquella oportunidad agregó que «a la mujer se le hace más difícil (el humor) porque tiene que perder el miedo al ridículo y reírse de sí misma y de los demás».
Junto a Irma Palmieri, por ejemplo, Fina Rojas llegó a interpretó uno de los segmentos más populares de Radio rochela: «La gallega y la negrita», en el que ambas actrices sostenían un hilarante diálogo que daba cuenta de la realidad social.
Pero Fina Rojas no sólo se dedicó a la comicidad. También le prestó su humildad y talento a los teledramas como El hombre de hierro (1985) junto con Rebeca González, Javier Vidal y Rodolfo Drago; y La dueña, original de José Ignacio Cabrujas, donde interpretó a la dulce nana ciega de Adriana Rigores, personaje que interpretara Amanda Gutiérrez.
Rojas estuvo casada con el periodista y narrador de noticias de El observador Antonio José Marcano.
(El Universal)
