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Caluroso lunes a la tarde en Nueva York y el avión a punto de despegar para Buenos Aires. Sin saberlo, Antonella Roccuzzo da una clave de lo que pasa por la cabeza de su pareja si el tema es su relación con la Argentina. Es cuando una pasajera le dice que Lionel Messi debe seguir adelante sin hacerle caso a esos que no lo apoyan, cuando le insiste en que no escuche a los «pocos» que lo critican.

 

«Sí, son pocos, pero pesan», responde amable la madre de Thiago y Mateo, la persona que mejor sabe qué pasa hoy por la cabeza del personaje de la semana, ese al que todos, desde una lúcida maestra de Entre Ríos hasta el presidente de la Nación, pasando por el animador más importante de la televisión y millones de posteos en redes sociales, le hablaron. Todos tienen algo que decirle, y muchos de ellos saben incluso qué debe hacer. Opinar sobre Messi fue, como pocas veces, sinónimo de pertenecer, de ser. El #NotevayasLio era lo cool, lo emotivo, lo que el momento demandaba. La pertenencia, lo argentino.

 
Los opinadores y los hinchas -no son necesariamente lo mismo- ya pueden estar tranquilos: Messi va a volver a la selección. La única pregunta abierta es el cuándo, porque tras hablar con diversas fuertes de máxima o gran cercanía al «10», LA NACION está en condiciones de afirmar que no se trata de un adiós. Es sólo una pausa.

 

«Sí, son pocos, pero pesan: la reacción de Antonella Roccuzzo cuando se le dice que no le dé importancia a los críticos de Messi»

 
«Va a volver, y ya tiene Rusia 2018 como obsesión». La frase es de un ex compañero de Messi que compartió con él tres Mundiales -Alemania 2006, Sudáfrica 2010 y Brasil 2014- y que habló con la estrella del Barcelona después de la amarga final del domingo en East Rutherford.

 

La marea de apoyo no le fue indiferente a Messi. «Lo conmovieron», certificó un integrante del cuerpo técnico de los seleccionados juveniles de José Pekerman , un hombre que conoce a Messi desde sus 18 años y que habló con él una vez superada la Copa América Centenario. Un hombre que sabe que en torno a Messi sobrevolaron las posibilidades de renunciar tras la Copa América 2011, la de 2015 y el Mundial 2014. Rumores, nunca hubo nada concreto. La selección era demasiado importante para el «10».

 

¿Cuándo vuelve? 

 
Si es así, ¿por qué renunció esta vez Messi? ¿No era consciente de lo que implicaba para el país? Pocas dudas caben de que ni Messi ni nadie imaginaban la reacción masiva desatada a partir de ese anuncio que sacudió los televisores a la 1:31 de la madrugada del lunes, cuando nadie esperaba ya más ingredientes a una historia lo suficientemente dura de por sí. El anuncio messiánico respondió a un cóctel de bronca y frustración. Se sintió culpable exclusivo de otra derrota. Autor intelectual de otra caída. Fallar el penal lo nubló, lo corrió del eje. No se lo perdonó y eligió castigarse en público. «¿Soy el problema? Lo desactivo: me voy», es la forma en que un integrante del actual plantel, muy cercano a Messi, sintetizó lo que pensó el capitán del seleccionado en las catacumbas del estadio a las puertas de Mahattan. Otros integrantes de su círculo íntimo en el equipo saben ya que volverá, al igual que el cuerpo técnico. Eso sí: no lo esperen el 1 de septiembre ante Uruguay en Mendoza por las eliminatorias, tampoco el 6 de ese mes en la visita a Venezuela.

 

Hay fechas en octubre, con visita a Perú y localía ante Paraguay, y un interesante desafío en el viaje a Brasil en noviembre y la visita de Colombia a la Argentina.

 

Falta mucho, Messi está de vacaciones con su familia en las Bahamas y no tiene sentido reclamar precisiones en las fechas. Sólo es cuestión de esperar, pero conociendo el final de la pelicula: volverá.

 

«En el vestuario nadie sabía que iba a renunciar»

 

«No tengo dudas de que va a jugar el Mundial. Le tengo mucha fe. Hay que dejarlo tranquilo. Confío en su silencio. El ama la selección. Da todo por su país». La frase es en on y se conoció esta semana, es de Marcelo D’Andrea, Dady, kinesiólogo, amigo y guardaespaldas de Messi. Fue de hecho Dady el que más cerca estuvo en los instantes inmediatamente posteriores a que fallara el penal. «Cuando lo fui a buscar en la cancha no había consuelo, la cara que tenía me desgarraba», recordó en el programa Al Ataque, de FM Pop, del cual es columnista.

 

«Fue el golpe más duro que recibió Messi con la selección. No tengo dudas», insistió. «La mirada que tuvieron los padres de Leo y Messi fue de dolor. Fue una mirada distinta a todas las que vi en mi vida. A mí me mató. Le dije: ‘Vamos, ya está’. Me miró y se fue. Esas cosas te las llevás de por vida. Ojalá que esté tranquilo. Ver esa cara de mamá y papá a Leo a mí me rompió el alma», sostuvo.

 

Que lo sucedido fue un disparador para que Messi saliera con la declaración más drástica que haya dado en su vida es ya innegable. Basta con escuchar a D’Andrea: «Nadie sabía nada de la renuncia de Messi. No dijo nada en el vestuario. Nos enteramos por la entrevista».

 

La semana en la que todos hablaron de Messi

Hasta que el regreso se concrete, Messi y los argentinos podrán quizás revisar todo lo que se dijo en los últimos días. Una de las voces más potentes y reiteradas fue la deDiego Maradona , que tras la renuncia hizo su personal inmersión en la mentemessiánica: «Me voy de vacaciones, no me hinchen más las pelotas, y cuando me llamen lo voy a pensar».

 

Eso es lo que Maradona cree que piensa Messi. Pero eso no es lo único que dice el hombre que le dijo a Pelé que el actual capitán de la selección «no tiene personalidad de líder» y que antes de la final le comentó jocosamente a Víctor Hugo Morales que sin trofeo era mejor que la selección no regresara al país.

Maradona, como gran parte de los argentinos, analiza a la selección actual con la vara del ’86 y aledaños. «El Napoli, desde que me fui yo, no pudo ganar nada. Y nosotros estamos trabados, trabados en las finales», recordó. «Hay que pasar este vendaval de derrotas. Algo habremos hecho mal», añadió el hombre al que resulta vano pedirle coherencia discursiva: sería una maldad incluso mayor que pretender que Messi no falle nunca un penal. Muchos argentinos, en cambio, siguen siendo coherentes en sumaradonismo a ultranza.

 

«Leo, hacete una de Maradona en las tres finales. ¡Hacete una de Maradona, no te pido una de Messi!», clamó por radio Alejandro Fantino. En ese pedido se reconoce la argentinidad que tiene grabado a fuego lo maradoniano como estandarte y posibilidad única a la hora de vestir la albiceleste.

Los próximos partidos de la selección son ante Uruguay y Venezuela por eliminatorias en septiembre. Allí, se tomará una pausa. Las siguientes fechas podrán marcar su vuelta.Compartilo

 

Sobre el tema ironizó Pablo Marchetti, ex director de la revista Barcelona, al decir que «Messi no es argentino (…) y eso es saludable». Y profundizó Ernesto Seman en Anfibia: «La selección pierde y Messi queda sepultado bajo el clamor ‘Messi Puto’. Pero si un día Messi anuncia que tiene novio y al día siguiente gambetea a seis y lleva una copa del mundo a Buenos Aires, va a ver millones en Ezeiza esperándolo con la bandera del arco iris».

 

(lanacion.com.ar)