Videos difundidos por la prensa mostraron que, al momento de su detención, el expresidente hondureño Juan Orlando Hernández estuvo esposado en muñecas y tobillos, y resguardado con una fuerte custodia policial, a pesar de que accedió a entregarse voluntariamente.

La aprehensión se produjo la tarde de este 15 de febrero y estuvo a cargo de la Policía Nacional de Honduras, que se encargó de conducir al exmandatario hacia una de las oficinas de las Fuerzas Especiales del cuerpo, según reportes de la multiestatal teleSUR.

La Corte Suprema de Justicia del país centroamericano designó este martes al magistrado Edwin Ortez como «juez natural» para conocer una solicitud de extradición a Estados Unidos, donde -de ser aprobada- Hernández deberá enfrentar un juicio por cargos de narcotráfico.

Tras su salida del poder, el departamento de Estado anunció la cancelación de su visa alegando su implicación en actos de corrupción, a pesar de que el expresidente fue un estrecho colaborador de Washington durante su mandato, que se extendió por ocho años.

La Casa Blanca comenzó a marcar distancia con su gestión, tras la condena a cadena perpetua que recibiera su hermano y estrecho colaborador, Antonio «Toni» Hernández, por tráfico de armas, narcotráfico y falso testimonio, en un caso en el que también figuró el entonces presidente.

Activistas y políticos opositores  fueron los primeros en denunciar los nexos de los hermanos Hernández con el narcotráfico, pero sus acusaciones no fueron tomadas en cuenta por la justicia local y tampoco por las cortes estadounidenses, que solamente actuaron a partir del testimonio de un capturado en otra operación, ofrecido como parte de un acuerdo con la Fiscalía.

(LaIguana.TV)