Pese a su gran popularidad, la inmensa mayoría de gente que lleva unas Converse no conoce los secretos de este calzado. Concretamente, uno muy particular que está a la vista pero que pasa inadvertido.

Hablamos de los dos agujeros que cada zapatilla tiene en un lateral. ¿Para qué sirven? Muchos pueden creer que se trata de una mera decisión de diseño, pero lo cierto es que tiene una importante utilidad. Los agujeros, que son iguales que los que hay en la parte del empeine para poner los cordones, sirven para pasar por ahí también los cordones y atar mejor los zapatos. ¿Pero cómo se puede hacer? En el momento de colocar los cordones, puedes hacer un desvío y pasarlos por los lados.

¿Pero para qué sirve hacer eso? Pues aunque no te lo creas, si pasas los cordones por los agujeros laterales tu pie estará más sujeto. Un buen truco para la gente que tiene el pie estrecho y a veces nota que le quedan grandes las zapatillas. Por tanto, esta decisión no corresponde a un mero truco de diseño sino que busca precisamente sentirnos más cómodos cuando llevamos unas Converse.

La historia de las converse

Aunque pueda parece increíble, la marca Converse tiene más de cien años de historia. La empresa fue creada por Marquis Mills Converse en 1908 en Estado Unidos. En 1917, la compañía creo las primeras zapatillas llamadas All Star para ser un calzado de élite de la liga profesional de baloncesto. Su diseño triunfó entre los jugadores de basket y acabó siendo usada ​​por los atletas en los Juegos Olímpicos.

En la década de 1960, Converse comenzó a expandir su empresa y abrir más fábricas. A medida que pasaban los años, el zapato ganó más popularidad y se convirtió en un favorito de los numerosos grupos urbanos y subculturas. En 2003, Nike compró la marca Converse por más de 300 millones de dólares.

(Cope)