Dos nombres saltaron a la primera plana de las noticias de este miércoles. Son Luis Medina y Alberto Luceño, empresarios que en noviembre de 2020 entraron de cabeza en la lista negra de la Fiscalía Anticorrupción, acusados de haber cobrado supuestamente seis millones de euros en comisiones de varios contratos firmados con el Ayuntamiento de Madrid, en concepto de mascarillas y otros materiales sanitarios.

En resumen, el Ministerio Público se querella contra ellos por «obtener un exagerado e injustificado beneficio» en la intermediación de productos que además resultaron de ínfima calidad en el peor momento de la pandemia. Los guantes apenas llegaban a las muñecas y de los 250.000 test recibidos, solo 75.000 tenían un nivel de sensibilidad aceptable (94%). En cuanto a las comisiones, Luceño ocultó altos porcentajes del precio ofertado para su lucro personal, llegando a cobrar, entre ambos, un 148% más del valor real de los productos.

Los dos se enfrentan ahora a delitos de estafa agravada, falsedad documental y blanqueo de capitales. El Juzgado de Instrucción número 47 de Madrid admitió este miércoles a trámite la querella presentada por la Fiscalía y los citó a declarar, permitiendo personarse al Ayuntamiento en el procedimiento.

La vicealcaldesa de la Comunidad de Madrid, Begoña Villacís, se ha referido a ellos a este jueves como «jetas que se han aprovechado de la desesperación de una administración y del dinero que están pagando los madrileños» para irse «a comprar coches y viviendas de lujo». La factura no se queda ahí, se ha podido saber que con el dinero obtenido de las arcas públicas compraron un yate o disfrutaron de una semana en un hotel de lujo de Marbella a razón de seis mil euros la noche.

Tal y como explica la Fiscalía en su escrito, ambos falsearon sus perfiles profesionales de cara al Ayuntamiento. Luceño dijo ser agente exclusivo de una empresa malaya, a través de la cual se iba a realizar la importación, con expertise en la importación de productos procedentes del mercado asiático y fábricas en China a su disposición. Medina, por su parte, fingió ser amigo del primo del alcalde de la capital, José Luís Martínez Almeida. Al parecer, todo mentira. Almeida ha negado este jueves cualquier vínculo de amistad de su pariente con Medina y el grueso del currículum de Luceño ha resultado ser pura ficción.

Entonces, ¿quiénes son realmente Luís Medina y Alberto Luceño?

Medina, marqués, soltero de oro y dudoso empresario

Seguramente a los lectores de la prensa del corazón la figura de Luis Medina les resulte familiar. Hijo de Naty Abascal y el fallecido duque de Feria, Rafael de Medina y Fernández de Córdoba, el sevillano de 41 años creció en el seno de una de las familias aristocráticas más importantes de España, los Medinaceli. Medina ostenta el título de marqués de Villalba y su hermano Rafael de Medina Abascal es el duque de Feria, aunque el éxito del mayor de los Medina (43) estriba más bien en la fundación de la firma textil Scalpers.

La carrera empresarial de Luis Medina no ha corrido la misma suerte. Se le reconocen proyectos que van desde el showroom Showme That, en el que se incluían firmas como Aquazzura, Oscar de la Renta o Intropia, hasta la intermediación de de productos, Sextante Trade Desk, como recoge ABC. Además, se quedó a las puertas de convertirse en embajador de la firma italiana Dolce & Gabbana en 2014, viendo pasar ante sus narices un contrato millonario, según Vanity.

Como curiosidad, también en aquel año, la revista francesa Point de Vue le puso la etiqueta del “soltero más atractivo del mundo”. Y fue incluido en un listado de los 50 hombres mejor vestidos del mundo. Cuenta Vanitatis que Medina trabó una gran amistad con el diseñador Oscar de la Renta e incluso pasó algunas Navidades con el ilustre Valentino.

En el terreno amoroso, estuvo emparejado cinco años con Alejandra de Rojas, hija de los condes de Montarco; en 2010 fue relacionado con Tamara Falcó y su última pareja conocida fue Cristina Fontcuberta, hija de la duquesa de Estremera y el fallecido marqués de Bellamar, con quien vivió un romance entre 2017 y 2018.

A la luz de su amplia lista de contactos, la Fiscalía sospecha que fue la popularidad de Medina la vía de entrada que estos dos comisionistas utilizaron para acceder al circuito de contratación del Ayuntamiento de Madrid.

Luceño, un ‘filántropo’ anónimo relacionado con la Púnica

La biografía de Alberto Luceño ha discurrido por derroteros más discretos. Según narra El País, Luceño fue vicepresidente de la Asociación Española de Negocio (AEEN) y socio y director de Escuela Europea de Dirección y Empresa (EUDE), esta última vinculada en la supuesta financiación ilegal del PP madrileño en el marco del caso Púnica.

Paradójicamente, el capricho de las redes sociales ha querido que salga a la luz un viejo video de Luceño dando un discurso en EUDE en el que habla de valores como «la honestidad, la generosidad y la integridad». También en el caso que ahora ocupa, los fiscales apuntan a que el empresario «dijo actuar movido por el deseo de colaborar en la lucha contra la pandemia».

Luceño, también según El País, hizo trampas incluso con su amigo Medina, al que habría ocultado comisiones pactadas entre bambalinas con el empresario malayo San Chin Choon. Así, Luceño se habría embolsado 5,1 millones de euros a su cuenta particular, que más tarde gastaría en una vivienda de 1,1 millones en la localidad madrileña de Pozuelo, un Lamborghini Huracan Evo Spider por 299.999 euros y más antojos carísimos.

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