La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) con su política de aplicar medidas coercitivas unilaterales a Rusia ha provocado la crisis en el mercado petrolero mundial que afecta a los países integrantes de la alianza militar y al mundo en general, afirmó el filósofo y comunicador político Miguel Pérez Pirela, luego de presentar una investigación periodística sobre el tema en su programa Desde donde sea.

En el reportaje se analizó el panorama de aumento de precio de los hidrocarburos y sus derivados que ha sido la principal consecuencia del intento de Estados Unidos y la Unión Europea de castigar a Rusia, principal proveedor de gas y petróleo de los países del Viejo Continente.

“Ahora se oyen voces, como la del presidente francés, Emmanuel Macron, pidiendo permitir el retorno a sus mercados del petróleo iraní y venezolano –comentó-. Necesitan la energía de Irán y Venezuela y por eso se están comiendo sus sanciones y sus palabras”.

Inició el programa con una pregunta sobre este punto: ¿Qué tienen que ver Irán y Venezuela con el alza de los combustibles? Los hechos demuestran que los dos países productores sancionados por EEUU y la UE no son los responsables de dicha alza.

La elevación sostenida de los precios de los hidrocarburos –y de la energía en general– es consecuencia de las medidas coercitivas unilaterales impuestas por los países de la OTAN y algunos de sus socios sobre la economía rusa por la guerra en Ucrania, una política que está golpeando duramente a muchas economías, particularmente las del norte global, pero no solo a estas. 

La interconexión e interdependencia de las economías del sur global con las de sus pares norteños, hacen que los efectos de la política sancionatoria occidental sacudan a todo el globo y ponen a Washington y a Bruselas a deshojar margaritas para tratar de paliar las consecuencias de sus determinaciones. 

Entretanto, en el recién concluido Encuentro de Jefes de Estado y de Gobierno del G7, Emmanuel Macron exhorta –o adelanta, según como se vea– a «reincorporar» a dos naciones sancionadas ilegalmente por occidente –Venezuela e Irán– al mercado petrolero europeo.

La noche de este lunes arribaron a Caracas representantes de la administración Biden para reunirse con el gobierno del presidente Nicolás Maduro. Aunque no se han precisado los temas de agenda, no parece azaroso que el encuentro coincida en tiempo con los dichos de Macron, que como cabe esperar, no son el resultado de una posición individual sino del ejercicio de una vocería. 

En el mismo encuentro del G7, la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, anunció el interés del bloque en fijar precios máximos de venta de los hidrocarburos rusos a India –devenida en principal comprador del crudo siberiano– y prohibir la importación de oro de Moscú, todo ello con el fin de frenar el ingreso de dinero en las arcas rusas. 

Como antesala al encuentro del G7 –que supuestamente agrupa a las economías más industrializadas del mundo–, China, segunda economía global, organizaba la cumbre anual de los BRICS –Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica– en donde se propuso la ampliación del bloque –con las candidaturas de Irán y Argentina a la cabeza– y se tomaron decisiones relativas a la implementación de métodos de pago fuera del control occidental. 

Para ilustrar la inconsistencia de EEUU y sus socios, presentó El Iguanazo, de Iván Lira. En la caricatura se observa un sujeto con ropajes que lo identifican como estadounidense. Dice: “Aislar a Venezuela era una cuestión de principios, pero ahora me parece que los principios son secundarios”.

La reseña de la visita estadounidense corrió por cuenta de una nota de LaIguana.TV publicada la noche del lunes y titulada: Último minuto: hace dos horas llegó a Venezuela una delegación de EEUU (+Maduro).

El texto indica que el presidente Nicolás Maduro informó la noche este lunes 27 de junio que está en Caracas una «importante delegación» del gobierno de los Estados Unidos, que en el momento del anuncio estaban reunidos con el presidente de la asamblea nacional (AN), Jorge Rodríguez.

Aunque Maduro no comunicó los temas bajo discusión, sí se refirió al comentario que realizara su homólogo francés, Emmanuel Macron, en la reunión del G7 que se celebra en Alemania, en la que exhortó a sus pares para la reincorporación de Venezuela e Irán al mercado petrolero.

El mandatario venezolano recordó a Macron –y por extensión, a los países occidentales– que Venezuela sí está en el mercado petrolero, a pesar de los bloqueos y las sanciones. 

La aclaratoria de Maduro resulta todo menos azarosa. En su reciente gira internacional –la primera en varios años– visitó seis países de tres continentes, Turquía, Argelia, Irán, Kuwait, Qatar y Azerbaiyán. De estos, solo Turquía no es un importante productor de crudo. 

Entre otros asuntos, el jefe de Estado venezolano dijo en una entrevista con la cadena Al Mayadeen que se había reunido en Kuwait con el próximo secretario general de la OPEP, Haitham al Ghais, quien asumirá la jefatura del organismo el venidero mes de agosto. 

A inicios de mayo recaló en Venezuela, Mohammad Barkindo, secretario general saliente de la organización, quien constató la recuperación de la industria petrolera local –severamente golpeada por una nefasta combinación entre las sanciones y manejos dolosos– y rechazó nuevamente toda tentativa destinada a bloquear el crudo venezolano. 

Estos dichos se constatan en hechos, pues de acuerdo con cifras oficiales de la OPEP, el petróleo venezolano ya se cotiza por encima de los 88 dólares por barril. 

Otro titular de LaIguana.TV OPEP reza: Petróleo venezolano superó los 88 dólares por barril (+sanciones). El cuerpo de la noticia precisa que el crudo Merey, referencia venezolana en la cesta petrolera de la OPEP registró un precio promedio de 88,02 dólares por barril el pasado mes de mayo, según consta en un informe oficial publicado por el organismo este lunes. 

Siempre siguiendo esta fuente, el alza supone un incremento de 5,6 % en relación con los 83,6 dólares reportados en abril y de 79,13 % con respecto a junio de 2021. 

En relación con la producción, el documento precisa que Venezuela está extrayendo aproximadamente 735.000 barriles de crudo por día, luego de haber computado en promedio 636.000 barriles diarios en 2021.

La crisis generada por la OTAN

El caso venezolano demuestra una vez más que los países productores de petróleo se benefician de las crisis de la energía derivadas de situaciones bélicas, de la imposición de sanciones o de una combinación de ambas situaciones, como sucede ahora en el marco de la guerra subsidiaria entre la OTAN y Rusia que se libra en Ucrania. 

Otro Iguanazo muestra un águila dice: “Los países occidentales vamos a dañar nuestras economías hasta que Rusia se rinda”. Y un oso le responde: “¡Suerte con eso!”.

La condición de gran productor de hidrocarburos de Rusia ha jugado a favor de su economía pese a las coerciones, al tiempo que los ciudadanos de países europeos y de los Estados Unidos padecen las consecuencias de las funestas decisiones de sus gobernantes, más interesados en prolongar artificialmente el conflicto que en solventar problemas socioeconómicos. 

En contraste, para Estados Unidos, la situación no puede ser peor: registra los niveles más altos de inflación en cuatro décadas y el combustible ha superado sus topes históricos, en buena medida por las sanciones contra Rusia pero también porque Washington ha echado mano de su reserva estratégica para aliviar el déficit energético en Europa.   

Para hacer frente a esta debacle, la administración Biden introdujo ante el Congreso una propuesta para suspender temporalmente el cobro de impuestos a los combustibles, que de implementarse, le acarrearía al país pérdidas por el orden de los 10.000 millones de dólares. 

En paralelo, la sociedad estadounidense ha tenido que sufrir la escasez de insumos esenciales como fórmula láctea y lidiar con el encarecimiento del costo de la vida, lo que resulta claramente poco auspicioso para los demócratas de cara a las elecciones de mitad de período, en la que se renovará un tercio del Senado y la totalidad de la cámara de representantes. 

El Fondo Monetario Internacional rebajó este lunes la previsión de crecimiento económico para Estados Unidos y advirtió que la nación norteamericana tiene gran probabilidad de entrar en recesión, a pesar de las medidas adoptadas por la Casa Blanca para recibir el bumerán sancionatorio. 

Además, los efectos de la crisis estadounidense se sienten más allá de sus fronteras, particularmente en México, cuya economía depende casi en 80 % de las transas con su vecino del norte. 

Así las cosas, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador –que se ha opuesto tenazmente a la política de sanciones–, ha tenido que adoptar medidas de emergencia para frenar el alza de los precios de los combustibles y su consecuencia más inmediata: el incremento del precio de los alimentos. 

Según los informes del gobierno mexicano, estadounidenses están acudiendo a México para abastecerse de gasolina, pese a que la nación azteca importa el 70 % de los insumos que requiere para producirla.  

Al otro lado del Atlántico, el panorama es todavía más sombrío. Los intentos de bloquear las exportaciones rusas y la negativa sostenida a cancelar los hidrocarburos en rublos, están dejando al continente muy cerca del abismo energético, tal y como previeron numerosos analistas. 

De su lado, el Kremlin ha demostrado que no hablaba en balde cuando aseguró que la ola de sanciones aplastaría a los países europeos a mediados de junio. Así ocurrió: la gigante energética Gazprom anunció que había reducido 40 % de sus volúmenes a Europa. 

En esta oportunidad, la razón de la disminución se debió a la demora de la trasnacional alemana Siemmens –que cesó operaciones en Rusia por causa de las sanciones– en reparar un equipo de bombeo asociado al gasoducto Nord Stream. 

Esto se suma a la nefasta decisión de Alemania –presionada por Washington y Bruselas– a suspender la certificación del gasoducto Nord Stream 2, que se suponía que debía brindar abastecimiento seguro de gas a Berlín y a otras naciones europeas, aún en una circunstancia como la que impide la operación del Nord Stream. 

El efecto sobre los precios se hizo notar de inmediato, que escalaron 10 % dentro del bloque sobre una base que ya era lo suficientemente alta como para golpear duramente los bolsillos de los trabajadores y suponer desembolsos onerosos en las industrias. 

Pese a los intentos de la Comisión Europea en minimizar las consecuencias de la disminución de envíos de gas en la cotidianidad del bloque y la insistencia de Alemania en acusar a Rusia de usar el gas como arma geopolítica, la realidad viaja en dirección contraria de las declaraciones de los jerarcas europeos. 

La Agencia Internacional de Energía, una institución a la que no se puede catalogar de prorrusa, advirtió el pasado 23 de junio que por causa de las sanciones impuestas a los hidrocarburos rusos, Europa tendrá que despedirse de sus objetivos de abandonar la energía fósil en el corto plazo. 

Según el informe, muchas naciones europeas tendrán que reactivar añejas plantas de carbón –con sus muy conocidos efectos contaminantes– o apelar nuevamente a la energía nuclear para sortear su demanda interna. 

Aunque no están claros los plazos ni la cantidad de dinero que se requerirá para cumplir con estos propósitos, el invierno boreal está a la vuelta, los precios de los hidrocarburos y de la energía siguen al alza y sin perspectiva de mejora y la demanda es históricamente más alta en ese período. 

En estas circunstancias resulta difícil proyectar la cantidad de ciudadanos que se sumarán a las filas de la pobreza energética por causa de las altas tarifas –o incluso, los que fallecerán por esa causa– ni tampoco qué hará Bruselas para atender la grave situación que la UE contribuyó a generar. 

A inicios de mayo de 2022, ya la situación de los precios del combustible podía calificarse como dramática en la mayor parte de los países del norte global, donde el precio promedio de la gasolina era superior a 1,60 dólares estadounidenses.

Aunque el caso europeo es bastante conocido y ha sido ampliamente abordado en los medios de comunicación, no hay ningún continente a salvo del alza de precios ocasionado por las sanciones contra Rusia, incluso en el sur global. 

En América, los más afectados son Paraguay, Ecuador, Estados Unidos, Brasil, Perú, Chile, los países centroamericanos y México. Salvo en Estados Unidos y México, en el resto de los países se han registrado protestas ciudadanas y de transportistas. 

En Asia, gigantes económicos como India o China pueden capear el temporal, pero la pequeña Sri Lanka, una nación insular al sur de India sumida ahora en la peor crisis política y económica de su historia, anunció este lunes la suspensión de la venta de combustible durante dos semanas debido a falta de liquidez. 

En África, a pesar de los múltiples problemas derivados de siglos de expolio colonial entre los que se cuentan bajos niveles de industrialización y uso limitado de vehículos, una proporción no desdeñable de países dispone de gasolina barata, por lo que a pesar del evidente efecto sobre los precios de los alimentos que tiene la situación del mercado energético, el daño es solo relativo, vista la situación preexistente. 

BRICS, ¿camino para sortear sanciones occidentales?


Este lunes, Irán –otro país petrolero sancionado por occidente– anunció formalmente su interés en sumarse al BRICS –acrónimo de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica–, un grupo emergente con intereses variopintos, pero que apuesta por la conformación de un mundo multicéntrico y pluripolar, con fuerte participación del sur global. 

En el titular de Laiguana.TV se lee: Irán solicita su incorporación a los BRICS. La noticia indica que la República Islámica de Irán solicitó este lunes su incorporación a los países BRICS, declaró el portavoz del ministerio de exteriores de Irán, Saeed Khatibzadeh.

El diplomático iraní indicó que se realizaron una serie de consultas al respecto y si bien destacó que aunque el bloque de países BRICS está unido con base en ningún tratado o acuerdo internacional, se basa en un mecanismo «muy creativo» que abarca amplios aspectos.

De acuerdo con el vocero, Teherán aspira que con su inclusión en el bloque, se traduzca en «valores añadidos» para las partes. 

Los países del BRICS incluyen al 43 % de la población mundial, representan la cuarta parte del PIB global, capturan el 20 % de la inversión y representan el 17 % de todo el comercio. 

Rusia parece haber jugado un rol importante en la eventual incorporación de la nación persa a las filas del BRICS, como se desprende de la reciente visita del canciller ruso, Serguéi Lavrov, a Teherán.  

De acuerdo con informes de medios iraníes, además del reinicio de las conversaciones para retomar el pacto nuclear de 2015 –lo que supondría una eliminación de las sanciones occidentales–, se debatió sobre cooperación energética y acerca de medidas para sortear las sanciones. 

La semana previa, Beijing acogió la XIV Cumbre de los países BRICS –Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica–, que se realizó de manera virtual por causa del rebrote de covid-19 que azotó al gigante asiático en los últimos meses y en ella participó como invitado el presidente iraní, Ebrahim Raisi. 

En su intervención, Raisi destacó la necesidad de fortalecer «entidades multilaterales independientes» del dominio estadounidense, al tiempo que manifestó el interés de Irán en aumentar la cooperación con el BRICS en materia energética, así como en el ámbito de la ciencia y la tecnología.  

El mandatario también señaló el rol del bloque en la cooperación sur-sur, el diseño de una nueva arquitectura financiera y de otras formas comerciales, que incluyen la ruta de la franja y la seda de China y el nuevo banco de desarrollo. 

Aunque previamente Argentina anunció su interés en sumarse a las filas del BRICS, y que del encuentro también participaron Kazajistán, Arabia Saudí, Egipto, Indonesia, Nigeria, Senegal, Emiratos Árabes Unidos y Tailandia, la eventual adición de Irán resulta más estratégica de cara a la coyuntura, pues pone en negro sobre blanco el papel real del bloque frente a la hegemonía occidental. 

En su discurso como anfitrión de la recién finalizada cumbre, el presidente Xi Jinping aprovechó la ocasión para posicionar nuevamente la postura de Beijing con respecto a las relaciones internacionales, cimentadas en el respeto y la cooperación mutua. 

Del mismo modo, el líder chino subrayó el papel que a su juicio está llamado a cumplir el bloque en términos de la estabilización y la construcción de un mundo de paz, incluyendo los asuntos de seguridad. 

Objetivo China: occidente mueve piezas en tablero


No sorprende demasiado que apenas concluida la cumbre de los BRICS, se reunieron en Elmau (Alemania) los jefes de Estado y de gobierno del G7, alianza que incluye a Estados Unidos, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón y el Reino Unido, además de representantes de la Unión Europea. 

En el encuentro se programó la imposición de nuevas sanciones contra la economía rusa, pero también se anunció el envío de más dinero y armas para Ucrania, aún a sabiendas de que expertos han advertido que no hay manera de que Kiev se imponga militarmente sobre Rusia sin la implicación directa de la OTAN. 

Además, el espacio sirvió también para anunciar un plan de recaudación de 700.000 millones de dólares, que supuestamente se emplearán en la construcción de infraestructuras países del sur global y se presentaron abiertamente como una iniciativa destinada a frenar la iniciativa de la Franja y la Ruta de China. 

Según el presidente estadounidense, Joe Biden, la implementación del plan occidental «no es solo una preocupación humanitaria», sino «una preocupación económica y de seguridad para todos nosotros», incluyendo en el «nosotros» exclusivamente a los países del G7. 

China respondió que da la bienvenida a todas las iniciativas para promover el desarrollo global y dijo que no cree que tales propuestas deban sustituirse unas a otras.

Es en este marco donde deben leerse tanto los exhortos de Macron a levantar las sanciones que pesan sobre Venezuela e Irán para garantizarse el abastecimiento, así como el interés occidental en retomar las conversaciones con Teherán relativas al pacto nuclear de 2015, que se evidenció con la reciente visita a la nación persa del jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell. 

No en balde, la Cancillería iraní anunció este lunes algo más que su interés en engrosar las filas del BRICS en el futuro próximo: la reanudación de los diálogos con occidente en Qatar, si bien condicionó los resultados al levantamiento incondicional de las sanciones occidentales. 

Este martes, Teherán comunicó la reanudación de los intercambios con la participación de representantes de Alemania, Reino Unido, Francia y Rusia, además de un delegado estadounidense, el asesor de seguridad Jake Sullivan.  

Previamente, Borrell había precisado que en las reuniones no se pondría en discusión la situación del pacto nuclear sino la suspensión de las medidas coercitivas unilaterales.  

Mientras esto se sucede, la OTAN celebra una cumbre en Madrid. En el encuentro se prevé el anuncio formal del mayor despliegue de tropas en suelo europeo desde tiempos de la Guerra Fría. 

Puntos para la reflexión


A lo largo del programa, Pérez Pirela aportó sus puntos de vista sobre las diferentes aristas del tema tratado.

Dijo que cuando Macron plantea que Venezuela e Irán puedan vender petróleo, no actúa solo en su nombre, sino como vocero de la alianza de Estados Unidos y Europa y demuestra que en política exterior se aplica frecuentemente aquello de que “el amor y el interés se fueron al campo un día y más pudo el interés que el amor que te tenía”.

“Los europeos perdieron muchísima plata en Irán por la reanudación de las sanciones decidida por Donald Trump, luego de que empresas importantes francesas, como Michelin y Renault, habían hecho grandes inversiones en tiempos de Obama. Ahora necesitan la energía de Irán y Venezuela y por eso se están comiendo sus sanciones y sus palabras”.

El moderador consideró que no tienen base los anuncios de la Comisión Europea de que frenará el aumento de precios petroleros. “Es imposible porque el precio del petróleo no lo decide la UE. Una parte lo decide la OPEP, pero hay otros factores. Plantear que la UE va a fijar el precio es, por decir lo menos, una falacia”.

En el mismo sentido, calificó de “importantísima aclaratoria” la hecha por el presidente Maduro al afirmar que el retorno de Venezuela sería “al mercado petrolero occidental” porque del mercado petrolero mundial no ha estado ausente. “Es pertinente esa observación porque se contrapone a la visión eurocéntrica que sostiene que la comunidad internacional es solo Estados Unidos y Europa”.

Destacó la importancia que están tomando los países BRICS. “Sumen PIB, población y territorio de estos países juntos y veremos de qué estamos hablando –dijo-. Imagínense el poder de los BRICS si se les suma Irán”.

Expresó que los países de Europa y el propio Estados Unidos están experimentando duras consecuencias de sus intentos de dañar a Rusia, lo que tendrá repercusiones políticas. “La reducción de envíos de gas a Europa tendrá un impacto brutal al terminar el verano. Ellos mismos se están disparando al pie, mientras la economía rusa goza de buena salud. No tengo la menor duda de que los republicanos van a arrasar en las elecciones de mitad de mandato por la cada vez más difícil situación de la economía de Estados Unidos”, subrayó.

Acotó que “se están moviendo las cosas a nivel geoestratégico, en unos tiempos que son  históricos”.

Se remitió a la conversación que tuvo la semana anterior con el sociólogo puertorriqueño Ramón Grosfoguel, en la que quedó claro que el desafío fundamental de Estados Unidos y sus aliados es destruir China, un propósito en el la guerra subsidiaria en Ucrania es apenas un paso.

“Pero allí también concluimos que las propuestas de China en materia de infraestructura y alianzas comerciales son imbatibles para cualquier país, mientras Estados Unidos y los europeos solo hacen promesas que no cumplen y se empeñan en la injerencia política.

Los premios de LaIguana.TV


Pérez Pirela felicitó al artista plástico Iván Lira, quien todos los días crea una caricatura exclusiva para LaIguana.TV y recibió el Premio Nacional de Periodismo Aníbal Nazoa.

Extendió la felicitación al entrevistador y articulista del portal Clodovaldo Hernández, que fue galardonado con el Premio Nacional de Periodismo, mención Opinión.

“Esos premios de Iván y Clodovaldo, que los entendemos como nuestros, y a los que sumamos nuestra placa de YouTube por los 100 mil seguidores del canal (que nos llegó cuando ya arribamos a 200 mil) nos comprometen a hacer cada vez mejor comunicación política, a pesar de los pesares”, aseguró.

(LaIguana.TV)