Este miércoles 6 de junio, el fiscal general de la República, Tarek William Saab, ofreció una rueda de prensa en la que identificó al menos a 13 personas involucradas en el secuestro y asesinato del profesor Carlos Lanz

Saab señaló a Maxiorisol «Mayi» Cumare, esposa de Lanz, como la autora intelectual del hecho, que habría pagado 8 mil dólares para asesinarlo y desaparecer su cadáver. 

Glenn Castellanos, quien sostenía una relación extramarital con Cumare, recibió 3 mil dólares por ubicar a los sicarios que acabaron con la vida de Lanz, a sangre fría. Tito Viloria, otro de los identificados en la investigación, habría sido quien se llevó a Carlos Lanz bajo engaño: le dijo que debían trasladarse a Mariara para asistir a una reunión política de emergencia. 

Los sicarios contratados por Castellanos, que se trasladaron en una camioneta Ford Explorer detrás del Mitsubishi Lancer de Tito Viloria, interceptaron el vehículo en que viajaba Lanz y lo sustrajeron a mano armada, lo amordazaron, maniataron y lo metieron en su camioneta para llevarlo al lugar donde iban a asesinarlo. 

El crimen final se llevó a cabo en la finca La Fortaleza, en Cojedes, propiedad de Tito Viloria. Allí fueron recibidos por el capataz de la finca, identificado como Helys Becerra y conocido como «El Caliche», ciudadano presuntamente colombiano que admitió ante las autoridades adicción a las drogas y el alcohol. Castellanos calificaría a Becerra posteriormente como una persona muy peligrosa. 

Uno de los sicarios fue identificado como José Pinto, alias «Bombero Osa», ya fue capturado. El otro sicario, alias «Pedro Basquetbol», aun no ha sido capturado y por eso el fiscal Saab no dio su nombre, pero dijo que está plenamente identificado. 

Mientras Lanz estaba siendo trasladado a la finca, Glenn Castellanos ejecutaba su coartada en Maracay, siendo visto es espacios públicos con Cumare. Posteriormente, vuelve a trasladarse a Cojedes, donde los sicarios, el capataz y Tito Viloria ya tienen preparada la fosa y tienen a Carlos Lanz listo para asesinarlo. 

Dos disparos en la sien dieron la muerte inmediata, según los testimonios de los acusados, al profesor Carlos Lanz. En sus últimos minutos de vida, Lanz se rehusó a morir arrodillado así que le dispararon de pie, según relató el Fiscal. 

Se conoció, por el testimonio audiovisual presentado por el Fiscal en la rueda de prensa, que luego de los disparos procedieron a desmembrarlo y las partes de su cuerpo fueron lanzadas a los cerdos para deshacerse del cadáver. El capataz Becerra habría participado en el desmembramiento con un cuchillo, y los dos sicarios con un machete cada uno, según el testimonio de Castellanos. 

(LaIguana.TV)