La Policía Nacional de Perú (PNP) reveló que Pamela Cabanillas, una joven de 18 años, encabezó una organización que concretó una inédita estafa con la venta de entradas para el recital que el rapero puertorriqueño Daddy Yankee ofreció esta semana en Lima, y que le redituó ganancias de por lo menos dos millones de soles (500.000 dólares).

El caso ha desatado un escándalo tanto por la edad de la presunta estafadora como por el caos que se registró en el Estadio Nacional, ya que miles de personas no pudieron ingresar al recital porque los tickets que habían adquirido eran fraudulentos.

Uno de los datos que más llama la atención es que, según las autoridades, Cabanillas no actuaba sola, sino que dirigía a una organización en la que participaban otras 20 personas que se repartían las funciones de coordinación, cuentas bancarias receptoras de los depósitos de los compradores y otras labores logísticas.

El general de la PNP, Manuel Cruz, mostró en conferencia de prensa la estructura que supuestamente creó la joven quien, por ejemplo vendió un mismo boleto 377 veces.

También reveló que Cabanillas se fugó a España el pasado lunes, un día antes del primer recital de Daddy Yankee, por lo que ahora ya tiene una orden de captura internacional.

En el mismo caso se encuentran Franco Patiño Guerrero, de 21 años, y Adriana Lucía Urresti, de 18, supuestos coordinadores de este sistema fraudulento y quienes la semana pasada escaparon a Colombia.

El funcionario agregó que descubrieron que Cabanillas y su grupo también estafaron con la venta de entradas para el recital que el también rapero puertorriqueño Bad Bunny ofrecerá el próximo 14 de noviembre. «Lamentablemente, estas personas ya no podrán recuperar su dinero», advirtió.

La actuación de la Policía ha generado críticas porque las denuncias por estafa contra la joven ya se habían comenzado a replicar en las redes sociales desde mayo, en referencia a otros eventos.

El diario La República se comunicó con el padre de Cabanillas, quien respondió que hace meses que no tiene contacto con ella y que las denuncias lo están afectando en su trabajo.

«Estoy separado de su madre y desde que Pamela cumplió 18 años, en marzo, yo ya no he podido tener un contacto directo con ella. Más bien, me gustaría poder ubicarla y conversar con ella, yo no sabía nada de esto que ha pasado», afirmó.

(RT)