Un perro que paseaba por calles del municipio mexicano de Irapuato, en Guanajuato, con una pierna en el hocico, fue la pista para que autoridades hallaran una fosa clandestina llena de restos humanos.
De acuerdo con medios locales, el can fue visto por vecinos de la colonia Santa Fe, quienes dieron aviso a la policía local, lo que derivó en el hallazgo de una fosa clandestina, una de miles que se han encontrado en el país latinoamericano desde 2006, año en el que comenzó la llamada guerra contra el narcotráfico, un conflicto que ha dejado más de 300.000 muertos y más de 100.000 desaparecidos, según datos oficiales.
Los colonos también dieron aviso al colectivo Hasta Encontrarte, el cual se encarga de realizar labores de búsqueda y acompañamiento a familiares de personas desaparecidas. La organización informó que, hasta el domingo, 41 bolsas con restos humanos habían sido halladas en la zona.
«Nos duele el alma, nos duele la muerte atroz: ahí están bajo tierra los resultados de la coordinación de los tres niveles de gobierno para regresar la paz a Guanajuato», se lee en su publicación.
Al respecto, las autoridades mexicanas señalaron que los restos fueron enterrados en un terreno baldío, cerco de unas vías de ferrocarril, en donde se hallaron varias bolsas con olor fétido.
En el lugar, peritos y forenses comenzaron las labores de exhumación desde el pasado sábado 29 de octubre.
Días antes, trascendió en redes sociales y hasta en medios internacionales el avistamiento de otro perro llevando en su hocico una cabeza humana en el estado mexicano de Zacatecas.
Aunque al principio se creyó que se trataba de un montaje, las autoridades locales confirmaron que, en efecto, la cabeza era real. El 29 de octubre, la Fiscalía General de Justicia de Zacatecas reportó que se encontraron diversos restos humanos en el área de cajeros automáticos de un banco. Fue de ahí de donde el perro extrajo la cabeza y se la llevo.
La Fiscalía asegura que ya abrió una carpeta de investigación para determinar el origen de los restos.
(Sputnik)
