Las actuales epidemias de cólera en el mundo, que este año han llegado a un récord de 29, tienen «un gran potencial de expansión» en zonas vulnerables de África occidental y de América Latina, dijo el especialista de la Organización Mundial de la Salud (OMS) Philippe Barboza.
El riesgo se observa sobre todo en zonas vulnerables, con acceso limitado al agua potable y a servicios de saneamiento básico, como el brote en Haití, donde ha causado más de 150 decesos y se teme que pueda propagarse a través de flujos migratorios.
El país con el mayor riesgo es República Dominicana, que comparte la misma isla con Haití, pero que cuenta con un sistema robusto para detectar cualquier caso e impedir una propagación, señaló Barboza.
Los brotes simultáneos de cólera -entre los que están el de Siria, Líbano, Pakistán y Malaui- coinciden con una capacidad limitada de producción de vacunas para prevenir la enfermedad, de las que este año se proyecta llegar a 36 millones de dosis.
La situación será más tensa el próximo año, ya que de los dos únicos productores de estas vacunas uno había anunciado antes de los recientes brotes que abandonaría esta línea de producción, una decisión de la que la OMS intentó disuadirle, sin éxito.
La respuesta de la OMS ha sido rebajar de dos a una la dosis recomendada y así poder controlar un brote, aunque el periodo de inmunidad se reduciría de seis a 24 meses, frente a cuatro años con la pauta completa.
«Desde octubre la reserva es insuficiente», sostuvo Barboza, luego de que la entidad que coordina las reservas globales de esta vacuna aprobara la entrega de 5 millones de dosis a países que las necesitan con urgencia, mientras que se están revisando pedidos de 4 millones de dosis adicionales.
El Gobierno de Haití no ha solicitado vacunas para el cólera a la OMS.
El experto enfatizó que las vacunas son una respuesta de corto plazo a un brote epidémico de cólera, pero no una solución a largo plazo, que pasa por dar acceso a las poblaciones vulnerables a agua potable y letrinas.
Varias epidemias en el continente africano pudieron ser controladas en los últimos años sin necesidad de vacunas.
La situación actual es grave si se considera que en el último año se han registrado tres veces más casos de cólera que en los cinco años anteriores juntos.
Al mismo tiempo, la tasa de mortalidad ha aumentado al 3% para una enfermedad que puede curarse con sales rehidratantes y antibióticos, en los casos más serios, pero que de no recibir tratamiento puede matar en cuestión de horas, en particular si se trata de niños.
En circunstancias normales, la mortalidad por cólera se ubica en menos del 1%, pero en Haití esta tasa se ha disparado por la crisis de seguridad y humanitaria que sufre el país, donde la escasez de combustible impide transportar ayuda para controlar la epidemia y a los enfermos buscar atención sanitaria.
Para Barboza, el mundo entra en un periodo en el que las cosas pueden empeorar con la llegada de los huracanes y ciclones en el Caribe y en Asia, lo que previsiblemente provocará un exceso de precipitaciones y agua sucia y estancada.
El cólera se transmite comúnmente a través del agua contaminada.
«Si no se controla la actual propagación del cólera, el próximo año puede ser peor», alertó el especialista en control del cólera en la OMS, tras insistir en que ahora el cambio climático juega un rol mucho más importante en la severidad de los brotes de cólera.
(EFE)