Establecer un «precio máximo» al petróleo ruso es contrario a los principios del mercado y agravará la actual crisis energética, por lo tanto, China no apoyará tales acciones, declaró a Sputnik Ding Yifan, investigador principal del centro de estudios Taijé.

Las sanciones petroleras occidentales entraron en vigor el 5 de diciembre. La Unión Europea (UE) dejó de aceptar el petróleo ruso transportado por vía marítima, mientras que los países del G7, Australia y la Unión Europea impusieron un tope de precio de 60 dólares por barril a su transporte marítimo.

«Imponer un tope de precios a las exportaciones rusas de petróleo por parte de la UE va en contra a los principios del mercado y, desde luego, no aliviará la actual crisis energética, sino que la agravará. China no apoyará tales acciones arbitrarias contra el mercado», afirmó el experto.

Subrayó que «la cooperación energética entre China y Rusia se basa en contratos a largo plazo, y los precios también se determinan de acuerdo con contratos a largo plazo y no se ven afectados por las fluctuaciones del mercado a corto plazo».

Según él, «el G7 ha adoptado una posición miope de juego ‘geopolítico’ que es perjudicial para el desarrollo a medio y largo plazo del mercado mundial y, en última instancia, será nocivo también para el G7».

«Para mantener la estabilidad del mercado energético mundial, el G7 debería discutir un mecanismo de estabilización de los precios de la energía con las economías emergentes en el seno del G20 y lograr un mecanismo de cooperación para un suministro energético estable a largo plazo, en lugar de abandonar acuerdos o ir en contra del comportamiento del mercado por fricciones geopolíticas», señaló.

Tradicionalmente, Rusia ha sido el principal proveedor de petróleo de Europa, cubriendo alrededor del 20% de sus necesidades de crudo. Pero en respuesta a la operación especial en Ucrania, los países occidentales han empezado a elaborar sanciones que pretenden, entre otras cosas, limitar los ingresos de Moscú por exportaciones de petróleo.

La alianza OPEP+ se reunió el 4 de diciembre antes de la entrada en vigor de las restricciones. Se decidió mantener las actuales cuotas de producción de petróleo. El vice primer ministro ruso, Alexandr Nóvak, comentó la decisión y el próximo embargo y afirmó que Rusia no aceptaría un techo en los precios del petróleo, aunque tuviera que recortar la producción. Añadió que tales restricciones son una interferencia en los instrumentos de mercado, Rusia está dispuesta a trabajar solo con aquellos consumidores que trabajen en condiciones de mercado.

(Sputnik)