El gobernador del estado Zulia, Manuel Rosales, demandó el levantamiento inmediato de las medidas coercitivas unilaterales impuestas contra Venezuela, vistos sus efectos sobre la población, así como por su ineficacia para conseguir un cambio político.

«Debo decir que ya es hora de que cesen las sanciones internacionales contra Venezuela, que ahogan y asfixian al pueblo, sin que haya ninguna consecuencia y solución política. Ese no es el camino para devolverle al país la normalidad. Las sanciones nos han perjudicado cuanto más nos podamos imaginar», expresó en un acto público celebrado en Maracaibo el pasado 20 de enero.

En la misma línea, el dirigente político sostuvo que «el camino» para que Venezuela se convirtiera nuevamente en «una sociedad normal», supone el abandono de toda estrategia antidemocrática para conseguir el poder político.

«La solución para Venezuela es otra: está en los caminos cívicos, electorales y democráticos, con un proceso electoral limpio, justo y con observación internacional, donde todos respetemos los resultados, para volver a ser una sociedad normal, una sociedad feliz y una sociedad próspera», detalló.

También criticó –aunque sin mencionarlos– a otros dirigentes de la oposición que apoyan la política de sanciones adelantada por Estados Unidos y la Unión Europea, a los que se refirió como «mariscales de sofá y de las redes sociales».

En su decir, continuará «apoyando el regreso de las trasnacionales», el resurgimiento de las compañías locales, el reimpulso del comercio de hidrocarburos, «la creación de puestos de trabajo» y otras oportunidades que redunden en el bienestar de «la gente».

Cambio de posición y nexos con la trama de corrupción en Monómeros

Esta postura contrasta fuertemente con la que el político zuliano manifestara hace cuatro años, en el contexto de la autoproclamación de Juan Guaidó y la instalación de su pretendido gobierno interino.

Rosales fungió como una de las cabezas del partido Un Nuevo Tiempo que apoyaron esta tentativa antidemocrática –incluyendo su respaldo a las coerciones estadounidenses y el secuestro de activos venezolanos en el extranjero– y su nombre se vio salpicado por denuncias de corrupción en Monómeros, entonces bajo el control de agentes de la pseudo administración paralela.

En diciembre de 2019, el experto petrolero Humberto Calderón Berti, que hacía las veces de representante de Guaidó ante el gobierno de Iván Duque en Colombia, denunció que en la designación de la «junta directiva» habían primado criterios políticos y acusó al actual gobernador de Zulia de tomar decisiones, aunque carece de experiencia en el sector.

«Un día, estando yo en mi oficina, se me acerca alguien de la directiva de Monómeros y me dice que por favor vaya a la reunión de ellos. Yo le digo que no tengo nada que hacer allí, pero me insiste diciendo que es solo un momento. Cuando abrimos la puerta de la reunión de Monómeros, cuál será mi sorpresa que quien está dirigiendo la reunión era Manuel Rosales», refirió en una entrevista con el medio Panam Post.

Calderón aseguró que «aquello no era normal» y que Rosales «no tenía nada que ver allí», pues a los únicos que les competía tomar decisiones relativas a la operación de la productora de fertilizantes «eran los ejecutivos de Monómeros con los miembros de la Comisión de Energía y Minas de la Asamblea Nacional».

El especialista refrendó estas denuncias en otra entrevista concedida al periodista César Miguel Rondón en octubre de 2021 y agregó que los pseudofuncionarios que entonces controlaban Monómeros, se quejaron porque no se le otorgaron contratos a personajes con los que tenían relaciones personales. «En señal de protesta, me paré y me fui», aseveró.

A la fecha, no se ha aclarado el papel de Rosales en la trama de corrupción de Monómeros. Tras su paso por Colombia, el político regresó a Venezuela en 2021 para participar de las elecciones regionales, donde se alzó por tercera vez con la gobernación de Zulia.

(LaIguana.TV)