“En Perú hay un golpe de Estado, llamemos a las cosas por su nombre. La dictadorzuela Dina Boluarte, a quien nadie eligió y que ya lleva más de 60 personas asesinadas, tiene todo el apoyo de un Congreso que es más impopular que ella y resulta evidente que los gringos están por detrás, con una actitud obvia de injerencia de la embajadora de Estados Unidos en Lima, mientras la Organización de Estados Americanos está callada y la Unión Europea también”, afirmó Miguel Ángel Pérez Pirela al analizar el tema en el programa Desde Donde Sea. 

Contrastó esa actitud de Estados Unidos, la UE y la OEA con la que mantienen ante Venezuela y Cuba, países a los que “acosan de manera permanente con el tema de los supuestos derechos humanos, que es un arma de destrucción masiva para acabar con democracias en la región”. 

La actitud de esos actores, que se arrogan la representación de la “comunidad internacional” es apoyada por los grandes medios de comunicación globales. “Vean los noticieros de Deutsche Welle, de Euronews, periódicos como El País o el Corriere de la Sera, Le Monde, Le Figaró, The New York Times o The Washington Post –invitó el presentador-. Todos llaman a Boluarte ‘la presidenta’ y dicen que quien dio el golpe de Estado fue Pedro Castillo y aplauden a Boluarte por ser la primera mujer en llegar a la presidencia del Perú, cuando en realidad es una dictadorzuela. Lo hacen porque en Perú hubo un derrocamiento parlamentario, tal como lo denunció Gustavo Petro en la Celac. Están sacando a la calle a los militares para asesinar al pueblo”.  

Puso al aire el video de la intervención de Petro en la cumbre de Argentina, en la que afirmó que lo ocurrido en Perú es una violación a los tratados interamericanos, un golpe de Estado parlamentario. “¿Por qué presidentes elegidos popularmente hoy están presos, cuando deberían estar en esta mesa? ¿Por qué se le vulneran, a partir de autoridades administrativas e incluso parlamentarias los derechos políticos a cualquier ciudadano o ciudadana?”, dijo Petro. 

Pérez Pirela editorializó con el Iguanazo de Iván Lira, caricatura en la que varias personas de rasgos e indumentarias de los pueblos originarios gritan “¡Dina asesina!”, mientras una figura también con aspecto indígena responde: “¡Disparen, estos cholos son peligrosos!”. 

“Como habíamos vaticinado la semana pasada, la crisis sociopolítica en Perú solo ha empeorado. El gobierno de Dina Boluarte persiste en su negativa a escuchar las demandas populares y continúa desplegando una política represora y racista, propia de regímenes dictatoriales, mientras la así llamada ‘comunidad internacional’ mira a otra parte”, enfatizó el filósofo y comunicador político.  

Lamentó que voceros políticos y medios de comunicación estén echando bajo la alfombra la crisis en Perú, país en donde la democracia ha retrocedido drásticamente en pocas semanas y en el que las violaciones a los derechos humanos se cobran al menos 60 víctimas fatales, en lo que calificó como “una noche sin fin para el pueblo peruano”.  

Acontecimientos noticiosos 

Desde hace más de una semana, manifestantes venidos de las regiones campesinas del sur del país se mantienen protestando en la capital demandando la salida de Boluarte, la renuncia del Congreso, la convocatoria a elecciones generales que incluyan la consulta para la redacción de una nueva Constitución y la libertad de Pedro Castillo.  

Rafael López Aliaga, alcalde de Lima que milita en grupos de ultraderecha filofascista y aliado estrecho de Boluarte, no solo no se solidarizó con las protestas sino que aplaudió el desempeño de la policía, pese a que diversas organizaciones contabilizan al menos 62 muertos en todo el país.  

El bloque conservador Renovación Popular, al que pertenece López Aliaga, el pasado 18 de enero presentó ante el Congreso un proyecto de ley para permitirle a la policía usar armas de fuego en el control de manifestaciones públicas.  

En concreto, se pretende reemplazar el principio de proporcionalidad en el ejercicio de la fuerza, establecido como norma en numerosos tratados internacionales sobre derechos humanos, en favor de la «defensa de la vida» de los miembros de la fuerza pública.  

Es claro que aunque no exista ninguna ley que permita que la Policía Nacional peruana les dispare a ciudadanos en el marco de protestas sociales, ello ya ocurre en la realidad. “Están masacrando al pueblo peruano y desde LaIguana.TV y este programa levantamos nuestra voz”, dijo. 

De otra parte, pese a las numerosas y cuestionables acciones de los cuerpos de seguridad, la sociedad peruana parece haber cruzado un punto de no retorno para conseguir, aun a costa de la vida, las reformas políticas que necesita su democracia. 

LaIguana.TV presentó el tema en una nota titulada: Crisis en Perú: Convocan a una gran marcha nacional para exigir la renuncia de Boluarte. 

En el texto se indica que desde horas de la tarde de este martes 24 de enero, miles de peruanos comenzaron a concentrarse nuevamente en la Plaza 2 de Mayo de Lima para insistir en la necesidad de que la presidenta Dina Boluarte renuncie a su posición, actividad que sería replicada en los principales centros urbanos del país andino. 

El presidente de la Asamblea Regional de Jóvenes del Cusco, Mauro Marucho, denunció ante las cámaras de teleSUR que la represión policial «se está agudizando cada vez más» y subrayó que «son 62 muertos por impactos de proyectil a nivel nacional». 

El dirigente popular aseguró que sentía vergüenza por la actuación de «un gobierno dictatorial» que «supuestamente» estaba intentado pacificar el país «a punta de balas».  

Aunque Boluarte pidió «una tregua», un informe presentado por la cadena teleSUR la mañana de este miércoles muestra que no solo las movilizaciones continúan, sino que la represión policial se acentúa. Aunque no se reportaron fallecidos, si se documentaron heridos –algunos de consideración– por las acciones de la fuerza pública.  

No obstante, Puno sigue siendo el centro de las acciones de calle contra la administración limeña, por lo que a pesar de la delicada situación en la capital, el Ejecutivo anunció la militarización en la región sureña y reclamó una pacificación forzada, apelando de nuevo a criterios racistas y clasistas.  

Otro titular de LaIguana.TV señala: «Puno no es Perú»: El comentario de Dina Boluarte que indignó a los peruanos. 

La presidenta de Perú, Dina Boluarte, volvió a indignar ciudadanía, volcada en las calles para exigir su renuncia, al manifestar el 24 de enero que «Puno no es el Perú».  

En un encuentro con medios extranjeros, la mandataria aseguró que tenía el deber de «proteger la vida y tranquilidad de los 33 millones de peruanos». Seguidamente expresó que «Puno no es el Perú» y subrayó que «el gobierno no está generando la violencia».  

Estas lamentables declaraciones fueron ampliamente rechazadas por peruanos de a pie y por figuras de la política local, incluyendo al antecesor de Pedro Castillo, Martín Vizcarra, quien además se sumó a la petición de convocar a elecciones generales en 2023.  

En su cuenta de Twitter, Vizcarra escribió: «Dina Boluarte: ‘Puno no es el Perú’, Increíble que ella divida más a los peruanos. Para Boluarte, ¿solo Lima es el Perú? Mientras, el Congreso apura reformas a su conveniencia y contra los entes electorales. Basta ya de este gobierno y Congreso, elecciones generales este año 2023». 

El escándalo fue de tal magnitud que la oficina presidencial tuvo que publicar un comunicado para «aclarar» los dichos racistas de Boluarte, que también fueron interpretados como una justificación de la militarización que ordenó. 

«La Presidencia de la República reitera que debe velar por la seguridad y bienestar de los 33 millones de peruanos y peruanas. En ese contexto, la frase ‘Puno no es el Perú’, no fue una expresión de discriminación ni soberbia. De haberse malinterpretado, nos disculpamos con las hermanas y hermanos de nuestra querida región altiplánica. Reiteramos nuestro llamado a la paz, el diálogo y la reconciliación», se lee en su cuenta de Twitter. 

“Puro blablabla. Mientras se difunden mensajes como este, a los que están protestando los están descosiendo a balazos, al punto que ya a la dictadorzuela no le dicen Boluarte, sino balearte. Están tratando a los manifestantes como si fuera un ejército enemigo”, comentó Pérez Pirela. 

Los hechos parecen haber dado la razón a quienes advirtieron en las palabras de Dina Boluarte un anuncio de la arremetida represora que vendría, pues este miércoles arribaron a la región de Puno las primeras unidades militares procedentes de cuarteles cercanos.  

LaIguana.TV ofreció a su audiencia este enfoque: Sigue la crisis en Perú: Boluarte ordenó militarizar la región de Puno. 

El gobierno de Perú prorrogó la vigencia de la inmovilización social obligatoria en el departamento de Puno por 10 días a partir de este miércoles 25 de enero, por lo cual todas las personas deberán permanecer en su domicilio desde las 8:00 pm hasta las 04:00 am del día siguiente, al tiempo que envió tropas a la región, dice el parte informativo.  

Esta medida complementa al estado de emergencia decretado el pasado 15 de enero en razón de las protestas que se desarrollan desde los primeros días del año en la zona altiplánica.  

En paralelo –y acaso para lavarse la cara– Boluarte compareció ante el Consejo Permanente de la OEA. En su intervención, la mandataria designada subrayó la legalidad de su estancia en el cargo, acusó de golpista al expresidente Pedro Castillo y, de nuevo, criminalizó las protestas.  

En la misma línea intentó mostrarse solidaria con las demandas sociopolíticas de sus compatriotas sureños apelando a su origen provinciano y al hecho de haber nacido en el seno de una familia de habla quechua, así como a la desigualdad y discriminación presentes en el país.  

Recalcó asimismo que consciente de las exigencias electorales, solicitó al Congreso una reforma del estatuto legal vigente para adelantar los comicios generales.  

Pese a que la realidad circundante la desmiente fehacientemente, Dina Boluarte se presentó como una mujer de paz, respetuosa de los derechos humanos y la democracia, creyente en «la seguridad multidimensional» y fiel trabajadora por el desarrollo y la prosperidad de los pueblos.  

Boluarte acusó «preocupación» por una estrategia de asedio regional contra la institucionalidad democrática y la voluntad popular adelantada por «movimientos autoritarios», al tiempo que pidió la solidaridad de los países del continente con la difícil situación por la que atraviesa el país.  

Caracterizó a la OEA como el foro regional «por excelencia» y le atribuyó como virtudes «el diálogo, la concertación y la buena vecindad» dentro de las diferencias presentes en los Estados miembro.  

Además, aseguró que había escuchado «atentamente» las intervenciones de los jefes de Estado y de Gobierno que participaron en la VII Cumbre de la Celac y agradeció las muestras de solidaridad y preocupación en torno a la crisis política en el Perú.  

“Qué irónicas y sarcásticas estas declaraciones. En realidad, la preocupación es por la presencia de ella en la presidencia y la solidaridad es con el pueblo que está siendo reprimido”, acotó Pérez Pirela. 

Sin embargo, sin dirigirse directamente a nadie, Dina Boluarte increpó a sus colegas acerca de las posibles salidas a la crisis que se barajan, porque para ella está claro que solo hay dos: una violenta y otra «democrática», entendiendo por esto último la celebración de comicios generales cuando el Congreso apruebe la ley correspondiente.  

A partir de estas alabanzas a la OEA y críticas veladas contra quienes han cuestionado su administración, solicitó apoyo al organismo interamericano para garantizar unas «elecciones libres, democráticas y con todas las garantías», aun a sabiendas de que en 2019, la Misión de Observación Electoral desplegada en Bolivia fue una pieza esencial en el derrocamiento del entonces presidente, Evo Morales.  

Pese a esta imagen de control proyectada por Boluarte en su comparecencia ante el Consejo Permanente de la OEA, lo cierto es que su posición interna, de entrada frágil, se está debilitando. En las últimas jornadas han renunciado varios de sus ministros y a la víspera, la bancada de izquierda presentó ante el pleno del Congreso una moción de censura en su contra.  

Es poco probable que la iniciativa prospere, porque el bloque progresista es minoritario y tendría que necesariamente conseguir apoyos entre congresistas de derecha, más preocupados en mantener su posición que en ofrecer una salida real a la crisis.  

Se agudiza la represión

Mientras la clase política limeña se atrincheraba en sus posiciones, la represión se desataba durante la madrugada de este jueves en la región de Ica.  

“Se profundiza la crisis en Perú: Represión policial deja varios muertos y decenas de heridos en Ica”, reseñó LaIguana.TV, denunciando lo que los medios globales silencian.

Manifestantes en la ciudad de Los Álamos, región de Ica, en el centro-sur de Perú, fueron atacados la madrugada de este jueves por policías vestidos de civil y miembros de agencias de seguridad privada, con saldo de varios muertos y heridos, denunciaron medios locales de comunicación.

Las fuentes publicaron videos en la red social de Twitter en los que pueden escucharse detonaciones de armas de fuego y verse personas con heridas de bala.

El balance preliminar asegura que al menos tres personas perdieron la vida en manos de la fuerza pública y decenas de heridos, en lo que podría interpretarse como un desquite de un choque previo en la misma zona, donde 14 policías y 10 civiles resultaron lesionados.  

“En nuestras últimas ediciones hemos advertido que resulta harto difícil pronosticar cómo se resolverá la convulsa situación en Perú, pero a juzgar por los últimos movimientos del Ejecutivo, podría adelantarse que tanto la mandataria como el Congreso buscarán permanecer en el poder todo el tiempo que les sea posible con el amparo de la OEA y del gobierno estadounidense. No se trata solo de lo que ha dicho o hecho Dina Boluarte, sino de lo que Washington y Luis Almagro han dejado de hacer, pues a pesar de la dura represión, el racismo y el obvio socavamiento de la democracia en el Perú, no se han producido condenas ni señalamientos específicos, sino vagas expresiones de preocupación», concluyó Pérez Pirela. 

(LaIguana.TV)