En su programa Desde Donde Sea, Miguel Ángel Pérez Pirela abordó las pretensiones de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) de extender la guerra proxy que libra con Rusia en Ucrania al territorio de América Latina.

«La respuesta de Latinoamérica ha sido contundente. América Latina, definitivamente, es una zona de paz», manifestó.

Entrando en detalles, precisó que el pasado fin de semana, el canciller alemán, Olaf Scholz, emprendió una gira oficial que lo llevó a tres países de América del Sur: Argentina, Chile y Brasil, cuyos objetivos declarados fueron la lucha contra el cambio climático, el acuerdo comercial entre la UE y el Mercosur, la explotación de litio y el estrechamiento de los lazos bilaterales.

No obstante, acotó, como suele suceder en estos casos, además de la agenda oficial, en paralelo se discuten otros asuntos, acaso los más centrales. En particular, Scholz pidió apoyo para Ucrania pero ello derivó en un rotundo fracaso, porque ninguno de los tres presidentes accedió a sus peticiones.

A su juicio, es importante ahondar en las razones que explican esta «inteligente» posición compartida y comenzó por Argentina, porque su presidente, Alberto Fernández, afirmó el pasado 28 de enero que ni su país ni América Latina piensan enviar armas «ni a Ucrania ni a ningún otro lugar en conflicto», como se lee en el trabajo periodístico de LaIguana.TV ¿Argentina enviará armamento a Ucrania? Esto dijo Alberto Fernández.

En una rueda de prensa conjunta con el canciller de Alemania, Olaf Scholz, Fernández destacó su preocupación por el conflicto en el este Europa, pues «trae consecuencias económicas negativas en todo el mundo y presenta nuevos desafíos».

«Le planteé al canciller mi preocupación y mi deseo de cómo poder abordar una solución al conflicto. Yo no puedo opinar sobre decisiones que otros países toman. Lo que sí es seguro es que el canciller y yo, lo que más deseamos es que la paz se recupere cuanto antes», manifestó el mandatario argentino.

En Chile, cuyo presidente, Gabriel Boric, se ha aprestado a condenar «la invasión rusa de Ucrania» (aunque su Cancillería se ha inscrito en la política regional de neutralidad en los conflictos internacionales), los resultados de Berlín tampoco fueron satisfactorios.

Pérez Pirela puntualizó que si bien Boric reiteró sus señalamientos en contra de Rusia, sostuvo que Santiago considera que deben establecerse mecanismos diplomáticos para resolver la crisis y destacó que la región puede jugar un papel importante a tales efectos.

Conforme a lo esperado, el mandatario brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, ratificó que no colaborará para la exacerbación de la guerra en modo alguno y enfatizó que «Brasil es un país de paz».

Seguidamente, leyó lo expresado por Lula en su cuenta de Twitter sobre este tema: «Brasil no tiene interés en ceder municiones para la guerra entre Ucrania y Rusia. Brasil es un país de paz. En este momento necesitamos encontrar a los que quieren la paz, palabra que hasta ahora se ha usado muy poco».

A esto sumó que aunque las negociaciones no figuran en la agenda de la OTAN y el Kremlin, Da Silva acompañó su negativa de una propuesta: la creación de un grupo de países que puedan fungir como mediadores y avanzó que aparte de Brasil, China e India podrían ser otros miembros, «muy interesante iniciativa» que, a juicio del analista, muestra que Lula «es un líder de talla mundial».

En otro ángulo del análisis, el también director de LaIguana.TV mencionó que el gobierno argentino intentó capitalizar la crisis energética europea y dejó sobre la mesa la posibilidad de abastecer de gas a Europa, de acuerdo con declaraciones ofrecidas este lunes por el presidente Alberto Fernández.

En una jornada de trabajo, el mandatario afirmó que Buenos Aires podría convertirse en un proveedor seguro de gas natural en Europa y suplir el vacío que dejó Rusia y sostuvo que la propuesta ya había sido discutida con el presidente del Consejo de Europa, Charles Michel.

A modo de contexto indicó que esta nueva oferta se suma a la que hiciera el gobierno venezolano meses atrás y que no ha recibido una respuesta oficial por parte de Bruselas, vistas las medidas coercitivas unilaterales impuestas por Estados Unidos sobre la estatal Petróleos de Venezuela y que le impiden a las partes suscribir acuerdos sin la autorización de Washington.

«Francia y el Reino Unido necesitan petróleo, pero Washington no deja que Venezuela les venda petróleo. ¿Cómo les parece esto? Y el resultado es que Francia y el Reino Unido están sumergidos en un caos social. Quién lo diría», señaló para concluir.

(LaIguana.TV)