La mañana de este 22 de febrero se produjo un incendio en una instalación de procesamiento de uranio en un área a cargo de la Administración Nacional de Seguridad Nuclear del Departamento de Energía de Estados Unidos.

El fuego se presentó en el Complejo de Seguridad Nacional Y-12, ubicado en Oak Ridge, Tennessee. Horas después, fue contenido por el personal de la planta, especializado en ciencias nucleares.

«Aproximadamente a las 9:15 de la mañana [hora local], uno de los edificios de producción Y-12 se incendió. El personal ha determinado que el incidente está contenido en el edificio de producción», indicó el complejo en un comunicado.

De acuerdo con las autoridades, no se registró afectación alguna a las afueras del complejo ni se reportaron lesionados.

El hecho se suma a una cadena de accidentes peligrosos que han sucedido en las últimas semanas en diferentes regiones de Estados Unidos y que han levantado polémica por poner en riesgo o estar cerca de poner en riesgo a la población.

La noche del 3 de febrero, un tren que viajaba de Pensilvania a Illinois, descarriló y se incendió. Para evitar una explosión, se hicieron agujeros en los tanques que contenían los productos químicos tóxicos que permitieron extraerlos. Los productos químicos fueron a parar a fosas especialmente excavadas donde se les prendió fuego. El material más peligroso era el cloruro de vinilo.

Durante unas horas, enormes bocanadas de humo negro se cernieron sobre la ciudad de East Palestine, de unos 5.000 habitantes. Los residentes en un radio de 1,5 km del sitio del accidente fueron desalojados inmediatamente, y el 6 de febrero las autoridades impusieron una evacuación obligatoria.

El 8 de febrero se permitió a los residentes volver a sus casas, ya que la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos declaró que las muestras de aire y agua eran seguras, pero advirtió a los residentes que el olor podía persistir durante mucho tiempo, aunque no había peligro químico. Sin embargo, muchas personas no tardaron en sentir dolores de cabeza, náuseas, debilidad y otras complicaciones.

A pesar de que las autoridades señalaron que el accidente no pasó a más y los ciudadanos volvieron a sus casas, se han encendido las alertas de los residentes de la zona, señaló la activista política Misty Winston en entrevista con Sputnik.

El 21 de febrero, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, aseguró que la responsable del accidente ambiental sucedido en East Palestine es la compañía ferroviaria Norfolk Southern.

«Hoy, la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos [EPA, por sus siglas en inglés] ordenó a la compañía de trenes Norfolk Southern pagar por la limpieza y eliminación de materiales peligrosos. Esto es sentido común. Este es su lío. Deberían limpiarlo», escribió Biden en su cuenta de Twitter.

(Sputnik)