Jill Biden, la esposa del presidente estadounidense, ha restado importancia a las preocupaciones sobre las capacidades cognitivas de su marido debido a su edad, rechazando la propuesta de que se realicen chequeos de aptitud mental para los políticos mayores de 75 años.

«Es ridículo», respondió la primera dama a una entrevistadora de CNN respecto a la idea propuesta por la precandidata republicana para las elecciones de 2024 Nikki Haley.

«Ni siquiera discutiríamos algo así», señaló Jill Biden sobre si el presidente consideraría someterse a este tipo de evaluación.

La esposa del mandatario estadounidense más longevo en el cargo defendió a su marido de las críticas, asegurando que tiene suficiente energía para otra campaña electoral. «¿Cuántos treintañeros podrían ir a Polonia, subir al tren, viajar nueve horas más a Ucrania, reunirse con el presidente [Vladímir] Zelenski?», comentó.

A finales de febrero, la primera dama confirmó que Joe Biden planea presentarse a las próximas elecciones presidenciales, y aseguró que lo apoya plenamente en esta decisión. El actual jefe de Estado tendría 82 años en el momento de su posible reelección.

Los traspiés de Biden

Las declaraciones desacertadas y comportamientos erráticos de Joe Biden a menudo plantean preguntas al público. En una de las ocasiones aseguró, aparentemente en broma, que entró en el Senado estadounidense «hace 720 años». En otro caso, añadió cuatro al total de estados que integran el país.

Otro momento que llamó la atención fue cuando frente a las cámaras Biden extendió su mano para saludar a alguien inexistente. Además, a finales de septiembre, durante una conferencia en la Casa Blanca, preguntó por la congresista Jackie Walorski, quien había fallecido el mes anterior en un accidente de tráfico.

Uno de los últimos traspiés de Biden fue dejar plantado a un grupo de reporteros que esperaba para hacerle preguntas en las inmediaciones de la Casa Blanca. El mandatario se acercó a los periodistas, aparentemente decidido a hablar, pero cuando uno de ellos le preguntó sobre el supuesto origen del covid-19 en un laboratorio chino, Biden cambió de opinión, lanzó las manos al aire y se alejó sin decir nada en dirección al helicóptero Marine One.

Ante este tipo de conductas, varios legisladores republicanos han expresado su preocupación sobre el estado mental del presidente.

(RT)