Los orígenes del Día Internacional de la Mujer se encuentran en las múltiples manifestaciones de luchas de las mujeres, quienes reclamaban desde finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX el derecho al voto, mejores condiciones de trabajo y la igualdad entre los sexos. 

Las protestas de las mujeres contarían con discursos y demandas propias, por lo que las dinámicas de organización y formas de manifestaciones han configurado nuestras realidades. El mundo en que vivimos no podemos entenderlo sin su aporte continuo como agente de cambio social.  

En la ciudad estadounidense de Nueva York, las mujeres trabajadoras de la fábrica Textilera Cotton se manifestaron un 8 de marzo de 1857 por mejores condiciones de trabajo y la reducción de la jornada laboral. 

La protesta fue reprimida por la policía, dejando un saldo de 120 mujeres muertas, unas por disparos de arma de fuego y otras por quemaduras producto del incendio provocado en las instalaciones de la fábrica. El funeral masivo para honrarlas se realizó en una marcha silenciosa. 

Paralelamente a las protestas norteamericanas, las trabajadoras organizaron movimientos en diversas partes del mundo como Berlín (Alemania), Viena (Austria) y San Petersburgo (Rusia). 

En el marco de la Segunda Reunión Mundial de Mujeres Socialistas, el 8 de marzo de 1910 en Copenhague, Dinamarca, Clara Seltkin propuso la institucionalización del Día Internacional de la Mujer, y se escogió el 8 de marzo en conmemoración a las trabajadoras que murieron en el movimiento obrero de la fábrica Textilera Cotton, ocurrida 53 años antes. 

En Rusia, el 8 de marzo de 1917 (23 de febrero en el calendario juliano, aún adoptado por Rusia en aquella época) unas 90.000 trabajadoras se manifestaron contra las malas condiciones de trabajo y el hambre. 

La protesta se conoció como “Pan y Paz” y fue considerada uno de los primeros momentos de la Revolución Bolchevique. 

En la Ciudad de México no fue hasta 1975 cuando en el marco de la Primera Conferencia Mundial de la Mujer celebrada entre el 19 de junio y el 2 de julio de ese año, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) lo formaliza a partir del siguiente enunciado: “La mujer es un miembro activo y con plenos derechos, y a la vez parte importante para el desarrollo de los pueblos”. 

El 8 de marzo a nivel internacional se ha convertido en una ocasión para examinar las acciones emprendidas en beneficio de la mujer, teniendo como eje central la igualdad de derechos, la atención de la salud, la educación y el empleo para su integración al desarrollo. 

Las mujeres de todos los continentes, a menudo separadas por fronteras nacionales y diferencias étnicas, lingüísticas, culturales, económicas y políticas contextuales, conflictos bélicos, se juntan en este Día Internacional de la Mujer en pro de la igualdad, la justicia, la paz, la sororidad y el desarrollo. 

(teleSUR)