El gobierno del Reino Unido destinó más de 80.000 libras esterlinas –unos 100.000 dólares estadounidenses– en la promoción del pretendido «gobierno interino» de Juan Guaidó para apoderarse de las 31 toneladas de oro del Estado venezolano depositados en el Banco de Inglaterra, revela una investigación de Declassified UK basada en documentos oficiales.

«Los datos destacan hasta qué punto el gobierno del Reino Unido ha ayudado en los esfuerzos de Guaidó para acceder a los activos estatales venezolanos, con el Ministerio de Relaciones Exteriores invirtiendo capital político y financiero en este caso», se lee en el trabajo periodístico.

El reporte, que está firmado por el periodista John McEvoy, quien ha seguido el rastro de los manejos irregulares del así llamado interinato en sociedad con el gobierno de su país, indica que inicialmente el Departamento Legal del Gobierno se negó a proporcionar los datos requeridos, pero luego la Oficina de Asuntos Extranjeros accedió a entregarlos, tras haber recibido una solicitud del medio independiente fundamentada en la libertad de información.

McEvoy recuerda que el interés de Londres en el oro venezolano es anterior a la aparición en escena de Guaidó. En 2018, el Banco de Inglaterra se negó a liberar los recursos venezolanos alegando dudas sobre la legitimidad de la elección que le dio al presidente Nicolás Maduro un segundo mandato.

Tras los pasos de Trump

Así las cosas, cuando el exparlamentario –hoy evadido de la justicia venezolana– se autoproclamó en una plaza «presidente interino» y fue rápidamente apoyado por la administración de Donald Trump, los gobierno de Theresa May y Boris Johnson optaron por plegarse a la política de la Casa Blanca, aunque ello implicara contradicciones jurídicas.

Fue en este contexto, asegura McEvoy que el gobierno del Reino Unido «proporcionó al Banco de Inglaterra una ‘cobertura aérea política para mantener el oro congelado», a pesar de que estaba claro que en Venezuela se intentó perpetrar un golpe de Estado.

El respaldo, relata, adoptó la forma de una «carta contundente» de la cancillería británica dirigida al Banco de Inglaterra «que describe las crecientes dudas sobre la legitimidad de Maduro», como se lee en los recientemente publicados diarios del exviceministro de Exteriores para ese entonces, Alan Duncan.

Sobre el respaldo de Reino Unido a la causa Guaidó, John Bolton, quien sirvió como asesor de Seguridad Nacional durante la era Trump, refirió en sus memorias que el canciller de Reino Unido, Jeremy Hunt, estaba «encantado» de sumarse a los intentos de Washington para derrocar a Maduro, «por ejemplo, congelando los depósitos de oro venezolanos en el Banco de Inglaterra».

Salvar a Guaidó en los tribunales

Tras el reconocimiento de Londres a Guaidó en febrero de 2019, el caso fue llevado a las cortes internas, visto que a pesar de estas declaraciones de micrófonos, el gobierno de Reino Unido mantenía relaciones diplomáticas y consulares con el gobierno de Venezuela e incluso se negó a acreditar a los pretendidos diplomáticos del interinato.

Empero, para la batalla legal –que se centró en demostrar que Guaidó era el gobernante legítimo de Venezuela y, en consecuencia, tenía derecho a disponer de los fondos de la República a través del Banco Central de Venezuela– hacía falta contratar un buen equipo jurídico que sacara adelante la cuestionable tesis.

A este respecto, en el informe de Declassified UK se lee: «En 2021, por ejemplo, el gobierno del Reino Unido adquirió los servicios de Sir James Eadie QC y Jason Pobjoy (de Blackstone Chambers) y Sir Michael Wood y Belinda McRae (de Twenty Essex), algunos de los mejores abogados del Reino Unido, para presentar su caso en apoyo al reconocimiento de Guaidó», sobre la premisa de que este había sido «claro y no ambiguo».

Para el desarrollo de su reportaje, McEvoy conversó con Francisco Rodríguez, un reputado economista venezolano que adversa al gobierno de Venezuela, aunque ha ejercido como asesor de la Asamblea Nacional en materia financiera.

Rodríguez explicó que «a pesar de una larga tradición legal y diplomática de que el reconocimiento solo se otorga a los gobiernos con control real sobre el territorio de un país, el gobierno británico hizo todo lo posible para presentar un caso intrincado ante los tribunales de que estaba reconociendo a Guaidó«.

A lo anterior sumó que, en su criterio, al mantener a su embajador en Caracas, aceptar el designado por Maduro y negarse a acreditar pseudofuncionarios designados por Guaidó, Londres tomó decisiones que «habrían implicado por sí mismas un reconocimiento inequívoco al gobierno de Maduro», hecho que trató de subvertir al insistir en el reconocimiento a Guaidó ante la Corte Suprema del Reino Unido.

Este alegato, apuntó, «tuvo como único efecto práctico el bloqueo del acceso del Banco Central de Venezuela a parte de sus reservas internacionales».

Se cae el teatro

Las revelaciones de Declassified echan por borda la narrativa del Reino Unido, según la cual el caso del oro de Venezuela confiscado en las bóvedas del Banco de Inglaterra no tiene motivaciones políticas y se restringe a una disputa legal entre la entidad financiera y los tribunales locales.

En febrero de 2019, Duncan dijo al Parlamento que la retención de las reservas de oro de Venezuela «depende totalmente del Banco de Inglaterra», porque es una entidad «independiente».

«No tiene nada que ver con este Gobierno. No estamos facultados para influir en la decisión del Banco de Inglaterra, ni debemos intentarlo de ninguna manera».

En la misma tónica se pronunció poco después el ministro del Tesoro de aquel momento, Robert Jenrick: «Mantener reservas de oro en nombre de cualquier banco central extranjero es un asunto del Banco de Inglaterra».

Para McEvoy es claro que a pesar de estas declaraciones, en las que se intenta ocultar la injerencia del gobierno del Reino Unido en el caso del oro venezolano, «el reconocimiento de Guaidó por parte del gobierno del Reino Unido fue un requisito previo clave para la negativa del Banco de Inglaterra».

El periodista recuerda que Londres tiene «intereses petroleros de larga data en Venezuela» y aprovechó la coyuntura del interinato para fortalecerlos.

Un «equipo secreto» de la cancillería británica denominado «Unidad para la Reconstrucción de Venezuela« visitó Caracas en febrero de 2020 para asegurarse «la participación del Reino Unido en el sector energético» venezolano, como muestran documentos oficiales revelados por Declassified.

«Los datos obtenidos por Declassified harán que sea cada vez más difícil para el gobierno del Reino Unido contrarrestar las afirmaciones de que el caso del oro ha sido político en su esencia», concluye el trabajo periodístico.

(LaIguana.TV)